Algo ha cambiado con los árbitros

El Zaragoza, que estuvo 24 jornadas en seis meses sin tener que recurrir sanciones, lleva ya tres recursos en los últimos cuatro partidos

Cabrera recibe con extrañeza la expulsión del árbitro Eiriz Mata, hace dos semanas en Pamplona.
Cabrera recibe con extrañeza la expulsión del árbitro Eiriz Mata, hace dos semanas en Pamplona.
Jesús Caso/Diario de Navarra

Seis meses de absoluta calma, desde agosto hasta mediados de febrero, han dado paso a tres semanas de constantes acciones legales ante los jueces de la competición futbolística por parte del Real Zaragoza. Si durante las primeras 24 jornadas de liga el club aragonés no había considerado injusta o con defecto de forma ninguna de las tarjetas que vieron sus jugadores en ese largo trecho de la competición, en las últimas cuatro ya acumula tres procedimientos de alegaciones y recursos. Inequívocamente, este es un dato objetivo que denuncia que algo ha cambiado en lo que hace referencia a los arbitrajes que está teniendo el equipo blanquillo desde la jornada 24ª en Córdoba.


Tras ese partido en El Arcángel, la postura totalmente pasiva del Real Zaragoza ante los comités ha mutado de raíz como consecuencia de los castigos aplicados por los árbitros con algunos de sus jugadores. En Córdoba, un choque que acabó con victoria zaragocista por 0-2, el cántabro Arias López enseñó la amarilla a Pedro en el minuto 36 por "jugar el balón con el brazo, cortando una jugada del equipo contrario", según escribió en el acta. No fue así. La pelota le dio en el pecho, en el lado izquierdo del torso. El Zaragoza llevó a efecto su primer recurso de la temporada y, con el vídeo como prueba irrefutable, lo ganó a la primera, en el Comité de Competición. Los jueces de esa instancia federativa, en su dictamen, asumieron el error anatómico del árbitro santanderino en su percepción sobre el campo y anularon la tarjeta de Pedro porque "efectivamente, no se aprecia que el jugador del Real Zaragoza D. Pedro Antonio Sánchez Moñino contacte el balón con su brazo”. Lo que pareció pura anécdota, un simple requiebro visual de Arias en un mal momento en Córdoba, ha terminado por ser el inicio de un hábito casi semanal para el área jurídica del Real Zaragoza.


Una semana después, en Pamplona, el gallego Eiriz Mata expulsó a Cabrera por doble tarjeta amarilla (una en el minuto 50, la otra en el 87). La primera, por "encararse con un adversario sin llegar al insulto o amenaza", según el trencilla. La segunda, por "derribar a un contrario cuando éste estaba en posesión del balón", tal y como puso en el acta. El Zaragoza recurrió las dos. En la primera, se argumenta (y el vídeo sustenta) que quien hostiga verbalmente a Cabrera es el portero osasunista Nauzet Pérez tras una jugada en el área navarra y el jugador zaragocista no entra en la discusión y vuelve corriendo al otro campo para ocupar su puesto defensivo. El club zaragocista consideró un error que Eiriz mostrase amarilla a ambos. En la segunda amonestación, las imágenes también sostienen la réplica del Zaragoza, en la que se indica que Cabrera no toca al jugador del Osasuna en la acción que el árbitro sanciona con falta y amarilla para el uruguayo. En este caso, la asesoria jurídica llegó hasta la tercera ventanilla de protestas. Competición y Apelación dieron la razón al árbitro. Pero el TAD (Tribunal Administrativo del Deporte), dependiente del Consejo Superior de Deportes y ajeno a la Federación, suspendió cautelarmente el castigo de un partido a Cabrera al no ver claro el fallo. Por eso Cabrera ha podido jugar después ante el Lugo y el Alavés, mientras se cierra definitivamente su caso, al que le falta la sentencia final del citado TAD.


Y ahora, tras el oasis de quietud que supuso el partido frente al Lugo, llega el tercer litigio en 21 días. Una nueva expulsión por doble amarilla, decretada por el gallego Pérez Pallas en Mendizorroza sobre Culio, es el origen de un nuevo procedimiento de recurso del Real Zaragoza. El club solicita la reconsideración disciplinaria de la segunda tarjeta, la que en el minuto 44 supuso la roja para el argentino, pidiendo su anulación. El árbitro redactó en el acta que decidió sancionar con amonestación al futbolista del Zaragoza en la acción citada por "derribar a un contrario en la disputa del balón", en este caso a Manu García, el centrocampista del Alavés. El equipo zaragozano acabó jugando con un hombre menos los últimos 51 minutos de partido.


En la secuencia de la jugada, se considera que Culio, que es quien lleva la pelota controlada en la línea medular del campo, cuando la pierde tras un mal control y se produce la anticipación lateral de Manu García, simultáneamente está metiendo la pierna hacia el balón con la única intención de volver a controlarlo. En ningún caso para hacer falta deliberadamente al jugador del conjunto vasco. El Real Zaragoza argumenta que el futbolista bonaerense no actúa con mala fe y, por lo tanto, no existe la suficiente gravedad punible como para que esa acción sea castigada con algo más que la mera falta a favor del Alavés, que es indiscutible.


Este es la curiosa cadencia de movimientos del Real Zaragoza en lo que va de curso en relación a los comités de competición. Quietud total en seis meses de normalidad arbitral y, de repente, 21 días en los que la necesidad de acudir a la defensa jurídica se hace obligada ante lo que se consideran perjuicios puntuales que merecen rectificación ulterior. En el primer caso, el de Pedro, el Zaragoza ganó su recurso. En el segundo, al que le falta el remate final, logró parar el fallo y se halla en suspensión cautelar. Desde ahora, está en marcha ya el tercero.

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