El Real Zaragoza se prepara para acometer este próximo domingo un partido de la máxima dificultad. El Lugo, rival de turno en la 27ª jornada, llega a La Romareda con un disfraz traicionero. Amable por su nada brillante 12ª posición en la clasificación, pero que esconde unas garras afiladas y unos colmillos letales por su sobresaliente rendimiento cuando ejerce de visitante: solo ha perdido dos partidos fuera de su casa. Este rival, entrenado por el turolense Luis Milla, es el único equipo de Segunda División que presenta semejante récord, realmente llamativo. La última vez que el Lugo cayó derrotado en campo ajeno data del 25 de octubre, hace ya casi cuatro meses, cuando el Albacete lo tumbó por 2-0 en el Carlos Belmonte. Antes, el 4 de ese mismo mes de octubre, los lucenses habían sido goleados 4-0 en Pamplona por aquel efervescente Osasuna del inicio de curso.

Dos derrotas casi seguidas en los albores de la temporada... y nada más. Este Lugo que se va a ver en La Romareda es un verdadero coco cuando llega como convidado a cualquier estadio. Un contrincante rocoso y pillo que acumula ya siete desplazamientos consecutivos puntuando, sin doblar el brazo. En este sentido, el duelo que tiene ante sí el Zaragoza se asemeja mucho al último que solventó con éxito en el estadio zaragozano, hace 18 días contra el Leganés. Entonces, los madrileños no solo llegaban como segundos clasificados en la tabla, sino que lo hacían con las credenciales de haber perdido únicamente tres partidos en lo que iba de temporada y con una racha de nueve jornadas seguidas sin conocer la derrota. Eso sí, el Lugo reduce su veneno a su condición de forastero. En su terreno de juego no tiene la fortaleza que ha aupado al Leganés a lo más alto. Los lucenses no están ubicado en la cabeza -como los leganenses- por su mal rendimiento en campo propio, ya que en el Anxo Carro se han dejado cuatro derrotas y cinco empates, 22 puntos que han devaluado sin remedio su buena cara lejos del hogar.

Lluís Carreras y los jugadores blanquillos tienen asumido que el partido contra los gallegos de dentro de cuatro días puede ser del mismo perfil que el del Leganés: cerrado, disputado, con pocas ocasiones, de resultado corto (aquel lo ganó el Zaragoza 1-0), definido por pequeños detalles... Erik Morán ha reconocido la semejanza: "El partido es muy parecido al que le ganamos al Leganés. Debemos salir igual de intensos que lo hicimos ese día y así, ojalá, se repetirá el resultado", dice el vasco. El entrenador zaragocista está instruyendo al equipo para afrontar un partido gemelo a aquel en muchos aspectos del juego.

El Lugo no da lugar a grandes espectáculos futbolísticos. Fuera de casa, ha empatado siete de sus 12 funciones. A cero en Leganés y Llagostera. A uno en Miranda, Mallorca, Alcorcón y Bilbao. Y a dos, en el día de mayor exaltación del gol, en Oviedo. Y sus victorias, tres, fueron por 0-1 en Girona, 1-2 en Tarragona y 0-2 en Almería hace solo 15 días. Partidos de pocos alardes, el mucha pizarra y poca improvisación, en los que los rojiblancos del aragonés Milla se mueven con una confianza y seguridad tremendas sin la presión y la responsabilidad que les genera actuar como locales.

Este es el libreto previsto para el próximo episodio en La Romareda. El objetivo del Real Zaragoza es poder modificarlo en su beneficio. Es decir, desactivando las virtudes lucenses de modo que se puedan romper los pronósticos y pueda llegar una victoria zaragocista clara, tranquila y dentro de un espectáculo brillante. Dura tarea.