El club busca gol en el mercado

Tras las graves lesiones de Jaime y Wilk, que invitan a traer refuerzos, las áreas deportiva y técnica valoran que la primera necesidad está en la zona de ataque. Un medio centro creativo sería la segunda opción.

Jaime conduce el balón ante la mirada lejana de Wilk en el duelo ante el Osasuna. Ambos, lesionados de gravedad, se pierden la temporada.
Jaime conduce el balón ante la mirada lejana de Wilk en el duelo ante el Osasuna. Ambos, lesionados de gravedad, se pierden la temporada.
Marco

El gol. Una mayor y mejor aportación ofensiva ante las porterías rivales. Este es el valor considerado más importante en el área técnica y deportiva del Real Zaragoza a la hora de emprender el rastreo de posibles refuerzos tras las graves lesiones de rodilla de Jaime y Wilk, dos hechos encadenados en 20 días que han precipitado el estudio del mercado de fichajes con más antelación de la programada.


Los dirigentes de la SAD, que no tenían previsto proceder a evaluar modificaciones en la plantilla hasta que, a mediados de diciembre, se aproximara la apertura del mercado invernal (que estará activo del 1 al 31 de enero), han adelantado su análisis de situación después del doble percance consecutivo de dos futbolistas titulares y con gran peso específico en el entramado táctico de la plantilla armada por Ángel Martín González el pasado verano.


Y, tras el primer balance del rendimiento del equipo, el que engloba a las 10 primeras jornadas ligueras más la eliminatoria de Copa ya jugadas, se considera que, de ser posible y surgir una oportunidad asequible, el primer fichaje debería ser un delantero. Un goleador con un mínimo currículum. Acreditado. Preferiblemente, por lo tanto, experto. Incluso veterano. De uso inmediato. Que no venga de una larga inactividad ni de un caso de lesión o baja prolongada. Sin un ápice de experimental.


Es decir, esta vez no servirían los perfiles de Tato o Natxo Insa, los dos fichajes extemporáneos que Martín González llevó a efecto el curso anterior (el primero en septiembre, del escaparate del paro, y el segundo en enero, a mercado abierto). Quien venga al Real Zaragoza ahora ha de hacerlo para aportar desde el mismo momento de bajar del AVE, el avión o el coche. No a rehabilitar aquí su carrera o a intentar una resurrección tras una o varias campañas de desvanecimiento. Esta vez, las necesidades globales y puntuales de la SAD no admiten apuestas de ese tipo. Para eso, se consideraría mejor no ejecutar ningún movimiento.


Todo ello, siempre, contando con las enormes dificultades financieras que envuelven el presente de la SAD que, en todo momento, tendrá que estar pendiente del permiso último de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para sobrepasar el techo salarial estipulado en agosto. Algo que hace situar en una nebulosa si será posible ejecutar una contratación como máximo o, quizá, vinculando directamente a esta salida al mercado las dos lesiones graves de Jaime y Wilk, observar si al final podrán ser hasta dos las caras nuevas que puedan llegar con el paso de las semanas.

Un centrocampista creativo

En esta segunda hipótesis, también ya ponderada, el siguiente retrato robot de lo que más puede necesitar la actual plantilla para cubrir todos los flancos tácticos y técnicos corresponde a un centrocampista de corte creativo. Diferente a los cuatro medios centro con los que inició el año Popovic (Dorca, Wilk, Morán y Diamanka). Alguien que pueda aportar personalidad, carácter, galones y mando al fútbol del equipo. Un futbolista que pueda denominarse ‘cerebro’ o catalizador de las jugadas ofensivas. Un filtrador de pases a los puntas. Una pieza que no llegó en verano pese a estar en el boceto inicial y que, aprovechando la desgracia de este momento, quizá pueda encontrarse con varios meses de diferido.


En ningún caso se prevé suplir la baja de Wilk con otro hombre similar a Wilk. Esas cualidades que aporta el polaco –lucha, brega, dinamismo defensivo, destrucción táctica– se consideran suficientemente cubiertas con el resto de los centrocampistas del actual grupo. Nada más se ha previsto dentro del club en estos primeros momentos de ‘shock’, sabedores de que cualquier movimiento a estas alturas de campaña es de enorme dificultad sin la debida liquidez y presentando al equipo en Segunda División. Se busca con avidez, pero sin precipitación, algún posible caso de jugador descolocado que pueda responder a lo que se requiere ya a fecha de hoy.


Solo en ese caso se barajaría en firme afrontar un fichaje fuera del plazo de enero, dado que las repercusiones económicas para los presupuestos de la SAD son de alta envergadura. Contratar de manera extraordinaria a un refuerzo aludiendo a las lesiones de larga duración de Jaime y Wilk supondría un recorte en el techo salarial de la próxima campaña, la 2016-17, sobre la que repercutiría su salario una vez admitido por la LFP.


Una hipoteca a futuro que obliga a estar muy atinados en la elección, que siempre tendría que estar sustentada en una vocación de continuidad en el Real Zaragoza del jugador elegido de cara al año venidero, donde el sueño y la necesidad societaria es jugar de nuevo en Primera. Es decir, fichar ahora, a destiempo, exige que el perfil del refuerzo tenga caracteres compatibles con el juego de la primera categoría. Un nivel futbolístico medianamente cualificado.


Ante esta circunstancia, el club decidirá en las próximas tres fechas el momento de comunicar a la LFP las bajas de larga duración de Jaime y Wilk y abrir así la puerta a un fichaje en cualquier momento. Aunque se tiene asumido que, si todo transcurre con normalidad, lo lógico es que no se mueva el género hasta enero.

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