BALONCESTO

Fatídico tercer cuarto

Al Lobe le faltó temple y acierto para saber cómo remontar la ventaja adquirida por Mallorca en este tramo del partido (75-78).

Montañana tuvo que batirse en duelo constante con los hombres fuertes de Mallorca.
Fatídico tercer cuarto
JAVIER BLASCO

Tanto el Lobe Huesca como el Mallorca llegaban al Palacio de los Deportes de la capital oscense con unos números similares. Ambos contaban con nueve puntos, procedentes de dos victorias y cinco derrotas, que los situaban en posiciones cercanas. Y ambos venían de perder en la anterior jornada. Esta igualdad quedó patente en el transcurso de todo el partido, que solo se rompió con un tercer cuarto de mayor efectividad visitante. Lástima de derrota contra un rival directo.


La diferencia de nueve puntos alcanzada por Mallorca en ese cuarto y la increíble facilidad del equipo balear para anotar desde la zona de tres puntos fueron determinantes para que el conjunto foráneo se llevara la victoria.


Los primeros quince minutos vinieron a confirmar la igualdad que hacían presagiar los números de ambos equipos en lo que va de temporada. Dos conjuntos muy similares, que apostaban por una defensa individual y por transiciones rápidas. Un continuo ir y venir en el que el Lobe Huesca parecía sentirse a gusto, pero no se reflejaba en un marcador que se movía entre los dos y tres puntos de diferencia a favor de uno o de otro; equilibrio que alcanzó su mayor desigualdad con el 14-9 que firmaban los oscenses.


Enfrascados en una guerra muy pareja se llegó al descanso, con una exigua renta de un punto para el cuadro balear (36-37). Se comenzó a ver un Mallorca más animoso en sus evoluciones y a la hora de probar y muchas veces convertir tiros de tres, seña de identidad de esta escuadra.


Las diferencias llegaron con la reanudación tras el descanso. Ambos conjuntos modificaron su defensa, pasando a hacerlo en zona, lo que dio todavía más velocidad al juego. En esta rapidez fue Mallorca el que encontró su sitio, en detrimento de un Lobe Huesca que ya no llegaba a canasta con tanta frescura y, además, chocaba con su falta de acierto.

Ello provocó llegar al tercer cuarto con la diferencia más acusada en lo que se llevaba de partido, nueve puntos arriba para el conjunto mallorquín (52-61). Cuando faltaban pocos minutos para que finalizara dicho cuarto, Orfila protagonizó el susto de la noche para su equipo, al caer al suelo bajo la canasta rival en una acción de ataque, recibiendo un golpe en la espalda que le obligó a abandonar la pista.


El último cuarto fue un continuo ir y venir donde el equipo oscense pareció despertar con un inspirado Óscar Herrero y con un mayor acierto para hacerse con el rebote defensivo. Pero el Mallorca no cedía en su ventaja, que llegó a reducirse a un solo punto a falta de dos minutos y medio del final (72-73). Momento en que la remontada pareció posible y así lo creyó el público, que no cejó en sus ánimos a los de Navarro.


Pero el Lobe Huesca no pudo o no supo aprovechar esa aproximación en el marcador y el apoyo de sus aficionados. Faltó el temple que sí tuvo Mallorca, más sereno en las acciones determinantes, con dos tiempos muertos que jugaron a su favor y un manejo de la estrategia adecuado para encarrilar su triunfo.