El último 'ochomil'

joao garcía Uno de los mejores himalayistas del mundo pasa revisión estos días en el Hospital Clinico antes de partir hacia el Annapurna, su único 'grande' sin hollar.

Joao García está a un solo paso de cumplir su sueño, de finiquitar su proyecto y de pasar a la historia como el décimo alpinista de la historia que logra ascender a las catorce cumbres más altas del planeta sin la ayuda de oxígeno artificial. Antes, el alpinista portugués deberá someterse a un último esfuerzo, quizá el más exigente desde que en 1993 comenzase su asedio a los límites del planeta en el Cho Oyu (8.201 m.). La última misión tendrá lugar en el Annapurna (8.091 m.), una montaña que encierra una estadística dramática: es la que más muertos guarda en sus laderas; uno de cada dos alpinistas que intenta la hazaña de subir a este privilegiado balcón de la Tierra fallece.

 

Joao Silva Abranches García nació en Lisboa hace 42 años. Lleva desde los 16 años enfrentándose a las alturas, pero no fue hasta 1993 cuando comenzó sus retos por el Himalaya. Tras haber conquistado el Cho Oyu y el Dhaulagiri, se convirtió en el primer portugués en hollar el Everest (8.848 m.). El techo de la Tierra actuó de juez para bien... y para mal. Nada más comenzar el descenso, García se vio obligado a construir un vivac para dormir. Su compañero Pascal Debrouer pagó este hecho con la vida, mientras que a Joao le costó la amputación de varios dedos de pies y manos, y una reconstrucción quirúrgica de nariz.

 

El himalayista optó por el Hospital Clínico de Zaragoza para curar sus heridas -permaneció 92 días ingresado- y, desde entonces, la relación entre ambos se ha ido estrechando. Como consecuencia de las gravísimas quemaduras por hipotermia sufridas en el Everest, García ha sido objeto de diferentes estudios en el Clínico, donde además, como ocurrió esta semana, es examinado siempre antes de emprender una nueva aventura. La fortaleza psíquica de estos deportistas también sirve de objeto de análisis.

 

"El Clínico tiene tradición montañera, los médicos saben lo que es subir a un 'ochomil' y comprenden al alpinista", afirma García sobre el hospital zaragozano. El montañero tuvo que esperar hasta 2001 para emprender el ascenso al Gasherbrum II (8.035 m.), pero admite que el primer impulso para seguir entre las cimas del mundo lo recibió en el Clínico tras regresar del Everest. "Salí de aquí más fuerte que nunca y convencido de que podía volver a la montaña", señala.

 

El año pasado holló el Manaslu (8.156 m.) y el Nanga Parbat (8.125 m.). Ahora tiene ante sí el reto de hacer lo mismo en el Annapurna por la cara norte. "Me gustan las montañas más técnicas, de mayor dificultad, pero ésta tiene un riesgo añadido: que no controlamos: los aludes", relata el lisboeta.

 

Joao García partirá hacia Nepal el próximo miércoles. Junto a él viajarán los doctores del Hospital Clínico José Ramón Morandeira, principal impulsor de la Unidad de Congelaciones, y María Antonia Nerín, experta en medicina de montaña. Ambos son asiduos en este tipo de aventuras y, esta vez, tratarán de respaldar al portugués, pero también estarán pendientes del resto de expediciones que durante los próximos días se van a dar cita en el Annapurna. Allí coincidirán las dos mujeres que luchan por ser la primera fémina en conquistar los catorce 'ochomiles': la coreana Eun Sun y la española Edurne Pasabán, que previamente intentará hollar el Sisha Pangma (8.046 m.). A Sun sólo le falta el Annapurna, mientras que a Pasaban le queda además de ésta, el Sisha Pangma. Una rivalidad que no es del agrado de Joao García, que opina que el "alpinismo no es una competición contra otra persona, sino de uno contra sí mismo".

 

El aragonés Carlos Pauner, acompañado por Javier Pérez y Juanito Oiarzábal, también emprenderá viaje hacia el Annapurna este mes.