BALONMANO

El Stadium Casablanca, decidido a echar el resto

La entidad zaragozana acoge la repesca de la fase de ascenso a Primera Nacional, que arranca mañana. Acuciados por los problemas físicos, los de Mañé desean hacer historia.

Egea, pivote del Stadium Casablanca, finaliza una acción
Partido de balonmano entre el Stadium Casablanca y el CAI Aragón, de Segunda Nacional
CINTIA SARRÍA/BIQÚBICA

Uno debe remontarse hasta principios de la década de los noventa para hallar el último ascenso de un equipo aragonés a Primera Nacional por la vía deportiva. Lo consiguió el Dynamus 69, extinto equipo de Monzalbarba. Desde entonces, todos los clubes que se han plantado en la categoría de bronce –han sido varios– lo han hecho a través de los despachos, bien comprando plaza, bien beneficiados por los cambios de reglamentación. El fugaz vistazo a la historia aumenta la relevancia del reto que el Stadium Casablanca afronta a partir de mañana: intentar acceder a la tercera división del balonmano español sobre la pista, ascender por méritos deportivos.


El recorrido histórico por las distintas fases de ascenso a Primera Nacional se encuentra plagado de fracasos, de intentonas fallidas. Bien es cierto que, en no pocos casos, los equipos que pelearon por subir lo hicieron sin un objetivo claro. En realidad, en este grupo de entidades cabría ubicar al Stadium Casablanca. Con una idea de acceder a la categoría de bronce a medio plazo, al club verderol se le presenta una oportunidad única para lograr ese objetivo antes de lo esperado. Cuenta con una plantilla magnífica, con una estructura asentada –cantera incluida– y, ahora, con una situación idónea: el equipo zaragozano, con su segunda posición en el sector de Bañolas, organiza la fase de repesca, que mañana arranca en el Pabellón Eduardo Lastrada. Si consiguen la primera posición, serán de Primera Nacional. En dos décadas, nadie en Aragón lo ha logrado.

Un reto de envergadura


El ascenso, aunque cercano, se presenta complicado. El Stadium Casablanca deberá devorar un nuevo reto. Y, esta vez, amén de la entidad de sus rivales (vienen a la capital aragonesa el Maravillas madrileño y el Ciudad de Salamanca), el equipo que dirige Jordi Mañé deberá hacer frente a las lesiones, problema que apenas había aparecido este curso. Pero el enorme esfuerzo realizado en Gerona, donde el equipo se vació para disponer de otra oportunidad, puede constituir un hándicap. Entre algodones: Allué, Gallardo, Portillo, Tuquet, Casillas… «Estamos intentando preparar la repesca de la mejor forma posible, pero las bajas lo están complicando. Pese a ello, todo el equipo está muy ilusionado, comprometido. Muchos jugadores saben que no tendrán una oportunidad como ésta y, por eso, lo van a dar todo», confiesa Jordi Mañé, preparador de los verderoles.


Para impedir el éxito aragonés, dos equipos que, como el Stadium, retuvieron la segunda plaza en sus respectivos sectores de la fase de ascenso. El Maravillas de Madrid, campeón de Segunda Nacional en Madrid, exhibe su veteranía, el genial currículo de muchos de sus jugadores. El Ciudad de Salamanca, su pasado más reciente, el mismo que habla de varias campañas exitosas en Primera. Infunden respeto. También el Stadium. «Ser el mejor equipo de Aragón, si somos sinceros, no nos hace ser temibles. Haber logrado la segunda posición en un sector como el jugado en Bañolas, quizá sí», reflexiona Mañé, que ha podido palpar el ambiente de cita inmensamente relevante que se respira estos días en el club del Canal Imperial: «Sabemos que vendrá mucha gente a vernos. Ese será, pues, un factor a nuestro favor». No hay razón, por tanto, para el pesimismo.


El calendario, además, favorece a los intereses zaragozanos. El Stadium abre la fase de repesca frente al Maravillas (mañana, a las 19.00). Descansará el sábado (día en que los madrileños se enfrentan al Salamanca, a las 20.00). Y cierra la competición el domingo, a las 12.00, con el choque frente a los charros. «Hay que intentar puntuar en los dos partidos. Son auténticas finales. Puede pasar de todo. No renunciamos a nada», señala Mañé, dispuesto a echar el resto, decidido a hacer historia.