Carmen Villellas Sancho, titular del juzgado de lo Mercantil número 2 de Zaragoza, tendrá que decidir en las próximas horas si admite a trámite, o no, la demanda de concurso necesario presentada contra el Real Zaragoza por parte del Getafe. La denuncia se interpuso el pasado martes, día 19. Ayer, pasados los días de Semana Santa -según fuentes judiciales-, se produjo el reparto del asunto, que ha recaído en el citado juzgado de lo mercantil, creado en mayo de 2009.En caso de que la juez Villellas admita a trámite la señalada demanda, Agapito Iglesias y el Real Zaragoza dispondrán de cinco días para oponerse a la misma, si es que el club aragonés entiende que no hay razón suficiente para fundamentar la reclamación de Ángel Torres. Luego, una vez atendidos los argumentos jurídicos y económicos de las dos partes, la juez tendría que pronunciarse en un sentido u otro, declarando el concurso necesario del Zaragoza o, por el contrario, desestimándolo.

El impago del último plazo del traspaso de Uche parece ser el origen de la actitud del presidente del Getafe, que en contra de los habituales protocolos entre los clubes de Primera División ni siquiera adivirtió al Zaragoza de que su postura podía llegar a este extremo. De hecho, Agapito Iglesias y Ángel Torres se hallaban implicados personalmente en un proceso de negociación de los mecanismos de pago de las cantidades todavía pendientes por el traspaso del delantero nigeriano. Los presidentes de Zaragoza y Getafe estaban barajando en este sentido diferentes alternativas, incluso el traspaso en pago de alguno de los futbolistas de la actual plantilla.

Momentos antes de iniciarse el encuentro de anoche frente al Almería, Agapito Iglesias y sus consejeros, Paco Checa y Javier Porquera, no tenían conocimiento de la demanda interpuesta por el club del sur de Madrid, con el que las relaciones se han estropeado de manera muy acusada en las últimas semanas. En poco tiempo, han pasado de ser estrechas y amistosas a ocasionar un problema jurídico y económico de primera magnitud.

Ninguno de los máximos responsables de la gestión del Real Zaragoza, así como tampoco los abogados de Deloitte que asesoran habitualmente a la sociedad anónima deportiva aragonesa, contaban con una situación de esta naturaleza: tener que enfrentarse a una demanda de concurso necesario. Sus previsiones eran otras, bien diferentes.

Estaban encaminadas hacia la petición de un concurso de acreedores voluntario, solicitado, por tanto, por el propio Zaragoza. En cierta manera, se encuentran ahora ante una circunstancia sobrevenida de considerable trascendencia, justo cuando el club está defendiendo la supervivencia en el terreno de juego. De acuerdo con el plan de viabilidad que redactó Deloitte hace dos años para el Real Zaragoza, el futuro económico de la entidad pasa necesariamente por permanecer en Primera División.

Según varios expertos en derecho concursal, una posiblidad que aún puede intentar Agapito Iglesias es levantar la demanda de concurso del Getafe mediante la firma de un acuerdo in extremis con Ángel Torres. Bajo el criterio de los mismos expertos, la demanda del presidente del Getafe podría tener por objeto último asegurarse parte del cobro de las cantidades que aún le adeuda el Real Zaragoza por diferentes conceptos, fundamentalmente por operaciones de traspaso. Una cuarta parte de la deuda del Zaragoza con el Getafe podría ser calificada como crédito con privilegio general en el concurso, de modo que Ángel Torres estaría por delante de los créditos ordinarios y subordinados a la hora de cobrar.

En este enrarecido y tenso contexto, Torres también acusó ayer a Agapito Iglesias -en declaraciones públicas efectuadas en Radio Marca- de intentar torpedear la venta del club madrileño al Royal Emirates Group de Dubai, que se hará con la propiedad del Getafe a partir de 2012. El presidente del Getafe no quiso mencionar expresamente el nombre del club aragonés; pero en todo caso dejó bien claro que se refería al mismo. Durante el pasado mes de marzo, Agapito Iglesias estuvo negociando la venta del Zaragoza con un fondo soberano del emirato. Sin embargo, dicha operación no llegó a cerrarse. La opción de compra no se ejecutó.