REAL ZARAGOZA

El espejo de la promoción

La historia y su reiteración cíclica. Dos mitos del zaragocismo, Andoni Cedrún y Xavi Aguado, evocan la victoria ante el Murcia en la promoción de 1991, situación límite semejante al partido de mañana ante el Espanyol.

Xavi Aguado celebra la victoria en el vestuario junto a Gustavo Poyet.
El espejo de la promoción
CARLOS MONCíN

Mucho más importante que la final de París fue la promoción de descenso con el Murcia. Si hubiéramos perdido con el Murcia, nunca habría llegado la final de la Recopa con el Arsenal. Esta misma idea podemos repetirla ahora, horas antes de jugar el partido con el Espanyol», dijo Xavi Aguado, el futbolista que en más ocasiones ha vestido la camiseta del Real Zaragoza. El eterno capitán analizó ayer junto a otro mito del zaragocismo, el guardameta Andoni Cedrún, el trascendental encuentro que mañana disputará el club aragonés, amenazado ahora de nuevo por el descenso a la Segunda División. Veinte años después, la goleada ante el Real Murcia significa el mejor estímulo con el que escapar del estado depresivo que padece el Zaragoza.


Cedrún y Aguado, Aguado y Cedrún, historia viva del Real Zaragoza, coinciden a la hora de titular este momento histórico. «La situación es muy semejante a la promoción de descenso con el Murcia en 1991: si pierdes, estás muerto, te vas al abismo», reiteraron los dos. Andoni rebobinó más allá, hasta toparse con el partido de ida de la eliminatoria por la salvación. «Hubo mucha suerte en La Condomina. El Murcia fue muy superior. Pudo ganar. Incluso, golearnos. Aquino falló lo que no está en los escritos. Yo también tuve fortuna y salvé algunos balones muy difíciles. Al final, empatamos a cero. Nos lo jugamos todo en la vuelta, en La Romareda. Llegados aquí, la situación es igual que ahora. El Real Zaragoza y su afición, frente al destino. Les ganamos 5-2. Fue maravilloso. Le pido al aficionado que anime como en esa ocasión. Hay que ganarle al Espanyol como sea. No es el momento de hablar de excusas, sino de soluciones», dijo Cedrún.


Aguado focalizó las palabras en el encuentro de La Romareda. «Sin ninguna duda, el partido de vuelta ha sido el más importante de mi vida. Luego, hubo éxitos; pero todo arrancó allí. Pienso que ahora los jugadores tienen que ser conscientes de lo que hay en juego. Recuerdo la sensación cuando entré al campo. Entras en Primera y puedes salir en Segunda: nos va la vida, me dije. Estoy seguro de que los jugadores ahora pensarán lo mismo. Desde luego, de la afición no tengo ninguna duda. La gente va a apoyar a muerte. Conozco muy bien al público de La Romareda y siempre ayuda a su equipo en una situación tan complicada y difícil como la que ahora mismo sufrimos», aseguró Aguado.


A Cedrún se le amontonan las ideas para escapar del complejo laberinto en que ahora se encuentra el Zaragoza. «Yo estoy preocupadísimo. En los últimos días, lo he pasado fatal. Se tocó el cielo en el Bernabéu y luego se nos han ido dos partidos que no se pueden escapar nunca. Hemos regalado en las dos áreas, en defensa y en ataque, y eso se paga muy caro en el fútbol. Se han regalado seis puntos. El Real Zaragoza tendría que estar ya salvado, de vacaciones. Sin embargo, estamos en una encrucijada terrible. En este momento, hay que tener las ideas muy claras. Hay que olvidarse de la clasificación. Hay que pensar exclusivamente en ganar al Espanyol, en machacar, en no darles opción. El lunes, después de que les hayamos ganado, ya habrá tiempo para hacer cábalas y de preparar el partido con el Levante. Pero todo pasa por ganarle al Espanyol. El partido es una final. De la afición de La Romareda no hablo porque la conocemos todos: es sensacional. Estoy seguro de que se llenará el campo a reventar. Nos vamos a comer al Espanyol. La vida es el Espanyol. La gloria ya llegará con el Levante», subrayó Cedrún.


Certidumbre


Aguado tampoco albergaba demasiadas dudas en cuanto al encuentro con el Espanyol. «No hay otra alternativa: hay que ganar. El Zaragoza va a salir al campo enchufadísimo. Será como con el Murcia. El Zaragoza jamás ha descendido en casa y el domingo -por mañana- tampoco lo hará. Se bajó en Villarreal y en Mallorca. Fue totalmente diferente. Hay que ganarle al Espanyol y rematar la faena en Valencia con el Levante. Sé que lo vamos a hacer. Tengo esa corazonada. La afición también se lo merece. Hay que hacerle un monumento al público de La Romareda por todo lo que está aguantando. Y Javier Aguirre también merece que el equipo se salve. Se ha hecho un buen trabajo, a pesar de los pinchazos de los dos últimos encuentros. Todo el mundo tiene que ser consciente de lo que hay en juego. Tanto como en la promoción con el Murcia», sentenció Aguado.