BALONMANO

El CAI recela del Alcobendas

Mariano Ortega advierte de los peligros que encierra el rival que hoy visita Zaragoza

Fredrik Larsson, en pleno proceso de creación del juego con sus manos.
El CAI recela del Alcobendas
JC ARCOS

Un equipo suele ser el reflejo de su entrenador. Al menos, en los equipos en los que el entrenador ejercer como tal. Mariano Ortega firmará hoy su octava acta como primer entrenador en la Liga Asobal. En tan escaso margen de tiempo, ha conseguido que el grupo que gestiona plasme su ideario, esfuerzo que se aprecia en la pista y en la clasificación. Con ese objetivo, rompió con el pasado, prescindió de más de un jugador que entendíamos (al menos yo) como fundamentales e incorporó a hombres como menos nombre y unas ganas enormes de crecer. Como en todo proceso dinámico, y el deporte sin ninguna duda lo es, no hay castigos ni premios, sino exclusivamente consecuencias, Ortega está comenzando a recoger los frutos de su siembra. Quizás están llegando antes de lo esperado. En parte, por la rápida capacidad de aprendizaje del grupo. En parte, por la evidente recesión que ha sufrido la competición. El caso es que antes del cambio al horario invernal, el CAI ya ha sumado 13 puntos sobre 14 posibles, tiene el billete de la Copa del Rey en el bolsillo, y nadie se atreve ya a situarle un techo.

 

Ni los más optimistas del lugar (entre los que yo no me encontraba) se habrían creído en agosto que el CAI Aragón se halle ahora en condiciones de cuestionarle el liderato al Ciudad Real el próximo día 4 de noviembre en el Quijote Arena. Si hoy supera al Alcobendas (pabellón Príncipe Felipe, 19.00), vive dios que así será en los caminos por los que transitó el hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. El guión no responde a una alucinación de Alonso Quijano. Ahí están los datos, irrebatibles. Ahí está el esfuerzo encomiable que está desarrollando el equipo naranja, cantidades industriales de energía que su entrenador envuelve en mensajes, en envoltorios, repletos de humildad. Ayer, advertía de los peligros que encuentra en el Alcobendas, recelos con los que estimular a un grupo que, paradójicamente, sigue hambriento de puntos. "Va a ser un partido muy duro y que seguro nos va a resultar difícil de ganar. Guijosa está llevando a cabo un trabajo excelente con el balonmano en Alcobendas. Lleva varios años trabajando con continuidad y, en cuanto al primer equipo, ha sabido inculcar a sus hombres alguna de sus virtudes como jugador: trabajar al 100% y nunca dar un partido por perdido. Lo que sin duda les hace muy peligrosos", indicó ayer Ortega.

Los poderes de Guijosa

Hasta el momento, una victoria en Vigo y un empate en casa ante el Ademar representan los mayores logros del Alcobendas en la Liga. El pasado sábado cayeron en casa con el Naturhouse La Rioja. La intensidad en el trabajo parece la mayor virtud de un colectivo que carece de lateral zurdo (se desenvuelve en esa zona el diestro De la Rubia y el veterano extremo Samuel Trives). Un pivote emergente (Tremps), el japonés Miyazaki, el veterano Djukic, el especialista defensivo Gamboa, el ex jugador naranja Vink, Pesic y Maki completan un conjunto defendido por un notable portero (Mijatovic), y Wenceslao Aldomar, guardameta que fue reclamado para el equipo nacional español según los designios de su seleccionador, Valero Rivera. Con poco más cuenta Guijosa para intentar consolidar definitivamente un equipo de elite en Madrid, dentro de una ciudad entregada al deporte, Alcobendas. En su objetivo, disfruta de unas instalaciones excelentes, de unos servicios técnicos, de prensa, de infraestructura en suma, lamentablemente poco comunes en la Asobal. Eso sí, carece de algo esencial: medios económicos para construir por el momento un proyecto de altura.

 

En cuanto al CAI Aragón, sigue las mismas pautas que en semanas anteriores. Ha dejado de ser noticia que se está trabajando al máximo. Igual que las lesiones, que también han dejado de ser noticia. Y no porque desde el club se considere que las sufridas por profesionales del deporte no deban ser comunicadas a la Prensa, sino porque afortunadamente este año no se lesiona nadie. Efectivamente, cuanto más duro se trabaja, menos se lesiona uno. Y más se gana (partidos y puntos, me refiero). R. Lahoz