Condenados a vender

El CAI Zaragoza pierde cada verano a sus jugadores más valorados y todo apunta a que este año no será una excepción.

Abós bromea con Shermadini
Condenados a vender

En la capital aragonesa hay muchas tradiciones: la Ofrenda de Flores, la Cincomarzada, San Valero... y que el CAI Zaragoza pierda cada año a sus mejores jugadores. Verano tras verano, el club rojillo se ha visto obligado a desprenderse, en unas ocasiones por necesidad económica y en otras por decisión de los propios deportistas, de varios de sus piezas más valiosas, casi siempre los jugadores más valorados.


Las lista de nombres es larga, sigue creciendo y no parece que, al menos de momento, vaya a tener su punto final. El caísta más valorado en el 'play off' (24.5 por partido) y en la Liga Regular (12.1, igual que Norel) fue Viktor Sanikidze, quien ya acumula pretendientes con mayor potencial económico que el CAI, por lo que su continuidad en Zaragoza se antoja complicada.


También la de Rudez, máximo anotador del conjunto aragonés en el conjunto de toda la ACB, y que seguramente acabe en la NBA, aunque también tiene ofertas potentes de equipos europeos. Otro de los más valorados, Jones, también es seria duda, pese al interés del CAI Zaragoza en renovarle.


En el caso del croata, el club aragonés podría recibir alrededor de 300.000 euros por su traspaso, ya que tiene un año más de contrato, mientras que con el georgiano, la única forma de obtener un ingreso sería acudir al derecho de tanteo y que algún otro club español estuviera interesado, como ocurrió el año pasado con Van Rossom y el Valencia Basket.


Sin embargo, y antes de que se confirme ninguna salida, el club rojillo ya tiene más que digerida su primera y más importante baja de la temporada. Y es que, a mitad de la pasada campaña, el CAI Zaragoza ya tuvo que desprenderse de su mejor jugador y, posiblemente, uno de los más destacados de la reciente historia del club. Gio Shermadini -igual que Sanikidze- había llegado al Príncipe Felipe por una serie de circunstancias "especiales" -así lo aseguraban Abós y Villar- y en la entidad aragonesa tenían claro que era casi imposible mantenerle un año más, así que aceptaron traspasarle al Olympiacos, equipo que unos meses antes le había dejado marchar gratis.


"La solución que se encontró fue la mejor. Evidentemente, no a nivel deportivo, como se ha demostrado después, pero sí a nivel económico", aseguraba José Luis Abós al final de la temporada. Y es que precisamente ese factor, el económico, el que ha obligado al club rojillo a desprenderse de algunos de sus mejores jugadores durante los últimos años.


Una larga lista


El año pasado fueron Van Rossom y Aguilar, los dos más valorados -tan solo por detrás de Norel, que se lesionó de gravedad a mitad de la campaña- del equipo, con 12,2 y 13 de media por partido, respectivamente. El anterior (2011/12) salieron Rafa Hettsheimeir -14,6 de valoración y 13,3 puntos por encuentro-, Carlos Cabezas -13,3 y 9,2- y Bracey Wright -12,4 y 14,5-...


"El año pasado las salidas de Van Rossom y Aguilar y la venta de Adetokunbo supusieron ingresos muy importantes para el club. Anteriormente también pasó con Rafa (Hettsheimeir) o Cabezas, este año ya ha pasado con Shermadini y ahora podría ocurrir otra vez. Si algunos de estos jugadores que se han ido siguieran con nosotros podríamos aspirar a mucho más, pero desgraciadamente nuestro nivel económico es éste. Hay clubes que compran, y nosotros vendemos. El día en que el club compre y no necesite vender subirá un escalón", reconocía Abós.