baloncesto

Casademont Zaragoza-Cukurova Mersin: otra jornada festiva en el pabellón Príncipe Felipe

Hasta 5.626 espectadores guiaron al equipo aragonés hacia otra victoria histórica en la Euroliga. 

La afición del Casademont Zaragoza vivió otra jornada para el recuerdo.
La afición del Casademont Zaragoza vivió otra jornada para el recuerdo.
FRANCISCO JIMENEZ

Fue otra jornada festiva. El Casademont mantiene una comunión perfecta con sus aficionados. El equipo sigue enamorando por su compromiso y su actitud, por su elevada intensidad, por su inquebrantable fe en la victoria; y también por su concepción colectiva del baloncesto:un juego ágil y dinámico, muy atractivo para el espectador, capaz de imponerse a cualquier rival y en cualquier escenario. Lo vivió este miércoles el Cukurova Mersin, actual subcampeón de Europa, que claudicó sin remisión ante el sobresaliente desempeño de las zaragozanas. La recompensa es de un valor considerable:con el triunfo ante las turcas (57-56), el cuadro aragonés fuerza el tercer partido de los cuartos de final, y se sitúa a un solo paso de las semifinales de la Euroliga, la máxima competición continental.

El Casademont y sus seguidores vienen acumulando capítulos apasionantes desde prácticamente el nacimiento del equipo, hace ya cuatro temporadas. Los aficionados del club aragonés siempre han acreditado su fidelidad con entusiasmo, orgullo y fervor, con una actitud modélica, y han emergido con fuerza, sobre todo, en los momentos de mayor necesidad. Este miércoles tuvieron de nuevo una respuesta grandiosa, en el pabellón Príncipe Felipe, para respaldar al equipo en otra cita histórica para el entidad:5.626 espectadores presenciaron el partido ante las turcas, en un día laborable, bastante desapacible por el fuerte viento y, además, con el duelo retransmitido en abierto por Aragón Televisión.

La grada se dejó notar desde el primer momento. También lo hizo cuando el Cukurova, al cierre del acto inaugural, había edificado una renta de 6 puntos (6-15), favorecido por el desatino ofensivo de las locales. En esos instantes, especialmente comprometidos para el Casademont, la afición sostuvo al equipo con un comportamiento ejemplar y una energía incesante. Sus gritos tuvieron un efecto expansivo en la pista, y las jugadoras reaccionaron prontitud. Al cuarto de hora, el cuadro aragonés ya había volteado el marcador, con Vega Gimeno (8 puntos consecutivos)asumiendo la responsabilidad ofensiva y resultando capital en la remontada.

Pero fue después, ya tras la reanudación, cuando el pabellón se vino definitivamente abajo con la espectacular actuación de sus jugadoras. El Casademont ofreció un curso maraviloso de baloncesto en los dos lados de la pista. La afición celebró con entusiasmo cada exitosa defensa del cuadro aragonés, brillante por momentos. El Cukurova permaneció hasta seis minutos seguidos sin anotar, lo que se tradujo en un parcial de 16-0 para las locales (43-30); y ya en los últimos compases, cuando las visitantes habían recuperado el pulso, la grada fue de nuevo determinante, con sus cánticos y sus gritos de apoyo, para guiar a su equipo hacia una victoria de rango mayor. Falló Araújo el último lanzamiento del Cukurova, ejecutado sobre la bocina, y llegaron entonces el éxtasis, el delirio, la exaltación. El Casademont había consumado una nueva gesta.

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