“Los primeros días estaba fatal. Muy mal. Ahora mismo estoy mejor. Cada día un poco mejor. Sé lo que ha pasado y ahora hay que mirar adelante. Toca operar y recuperar. Eso es lo que me preocupa ahora”. Son palabras de Henk Norel, jugador del CAI Zaragoza que este viernes se someterá en Vitoria a una operación para reparar la rotura parcial del ligamento cruzado que sufre en su rodilla derecha. Maldita lesión que le impide jugar en lo que resta de temporada.

Sin duda, el golpe ha sido de los duros. Tanto colectivamente, pues el conjunto rojillo pierde a su jugador más valorado, así como a uno de los hombres más queridos, como individualmente, pues es la segunda dolencia de este tipo por la que ha de pasar el holandés. “La sensación fue muy diferente. En la pista pensaba que había pasado lo mismo, pero con la otra pierna me dolía muchísimo y con esta no tanto”, explicó el pívot en una comparecencia concedida para explicar los pormenores de su situación.

De momento, el jugador no maneja tiempos estimados de baja. “La otra vez se suponía que tenía para seis meses de recuperación y al final se alargó a diez”, recuerda. Aunque, sin admitirlo abiertamente, espera que esta ocasión los plazos se acorten algo al tratarse de una lesión menos aparatosa. “En la otra ocasión tenía otro ligamento estirado y, además, un hueso roto. Ahora no”, apunta.

Desde luego, su intención es estar parado lo menor posible. Motivo por el cual ha cambiado de médico, en un intento de acelerar el proceso. “La otra vez me operó el doctor Cugat de Barcelona y esta vez lo hará el doctor Sánchez de Vitoria. He cogido otro doctor porque me puede operar ahora mismo y el doctor Cugat está fuera. Estoy tranquilo porque creo que estos dos doctores son los mejores de Europa”, señala.

Como apoyo moral, Norel cuenta con las miles de voces, públicas y anónimas, que estos días le han trasladado su cariño. No en vano, gracias a su buen carácter, es una persona muy querida en el mundo del baloncesto. “Estoy muy emocionado desde que me pasó esto. La afición y la gente de basket, no solo de este club sino también de otros equipos, están conmigo. Esto me hace sentir que no estoy solo y me da muchas ganas de recuperarme para volver a la pista”, afirma.

Entre otros, por supuesto, los ánimos llegados del que todavía es su vestuario. Como a ellos les gusta puntualizar, este año el CAI Zaragoza es un grupo de amigos. Cohesión interna de la que, seguramente, nace el éxito cosechado en la presente temporada. “Me hicieron una camiseta de calentamiento el otro día y además me han regalado un vídeo que es un detalle increíble”, confiesa. Sin embargo, para el holandés lo importante ahora es que sus compañeros se centren en lo que queda de competición: “Ya no tienen que pensar en la mala suerte que hemos tenido, sino en jugar 'play-off' y ganar. Ahora es el momento más importante de la temporada y hay que pensar en el presente”.

A pesar de no poder estar sobre el parqué, Norel no tiene intención de perderse el primer partido de 'play-off' que jueguen los rojillos en el Príncipe Felipe. Un éxito del que, sin duda, es gran artífice. “Hemos trabajado todo el año para este momento. Es una pena no poder jugar, pero hemos llegado juntos y quiero estar aquí”, dice de manera rotunda. Muestra de un compromiso que ha calado hondo en Zaragoza.