La decisión del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de clausurar parcialmente un sector del estadio Metropolitano del Atlético de Madrid, adoptada este martes tras los incidentes de tinte racista ocurridos el fin de semana en el duelo ante el Athletic de Bilbao en la figura de Nico Williams (internacional español), suponen un nuevo eslabón en la aplicación de los castigos a los clubes según el remozado Código Disciplinario de la federación en lo relativo a estos asuntos. 

En este último caso, los jueces federativos han avisado al Atlético de Madrid de la clausura parcial del sector situado "en la grada fondo sur del campo". La razón, la muestra de "conductas violentas, racistas, xenófobas e intolerables en el fútbol durante el pasado partido que disputó el Atlético ante el Athletic" en el estadio Metropolitano. En esa zona del graderío se escucharon los insultos racistas proferidos contra Nico Williams (internacional español). La RFEF aplica el artículo 57.1 del Código Disciplinario. Una vez transcurrido este espacio temporal, se aplicará de modo definitivo el castigo, tanto en dinero como en tiempo de cierre del campo.

Getafe, hace apenas un mes

El anterior precedente a este de Madrid tuvo lugar hace solo un mes, en el Coliseum del Getafe, apenas a 12 kilómetros un punto del otro. Entonces, Competición sancionó al club local, el Getafe CF, por unos sonoros insultos racistas contra el jugador Marcos Acuña, del Sevilla, rival de los azulones en el partido de autos. 

La multa final ascendió a 27.000 euros y se clausuró por tres partidos la parte del graderío del estadio getafense, descrita en el acta arbitral como "el sector situado en la zona central del campo detrás de la posición del árbitro asistente número 2", es decir, el juez de línea que se encontraba en el lateral este del estadio, el opuesto a los banquillos y el túnel de vestuarios.

En ese polémico duelo, también se reflejaron insultos racistas contra el entrenador del Sevilla Quique Sanchez Flores (durante largo tiempo curiosamente en el propio Getafe), al que llamaron "gitano", hecho racial que, más allá de las intenciones insultantes de esa parte del público, no deja de ser una realidad en el caso de Quique, que es y presume de su etnia gitana por parte materna. 

Quique respondió a estas reprobables actitudes en la rueda de prensa posterior. Sin embargo, en el acta arbitral, el colegiado gallego Iglesias Villanueva no hizo referencia a ellas en ningún momento y solo se centró en el caso de Acuña. Su texto rezaba así: “En el minuto 68 tuve que detener el encuentro debido a que se produjeron insultos racistas sobre el dorsal 19 del equipo visitante con palabras como ‘Acuña mono’ y ‘Acuña vienes del mono”, dijo el juez en su documento oficial.

Mestalla, Valencia, en el rifirrafe con Vinicius

Esta medida sancionadora fue de un grado menor a la que el mismo Comité adoptó en la primera circunstancia seria de estas características que se tuvo que castigar desde Competición con un cierre parcial de un estadio del fútbol profesional español. Fue en Mestalla, estadio del Valencia, tras la disputa del partido ante el Real Madrid y con Vinicius como foco de los insultos xenófobos. 

El Valencia vio cómo se le cerraba una parte de grada del lateral oeste de Mestalla por cinco partidos, la llamada 'Grada Kempes', con una sanción económica de 45.000 euros, por los epítetos que se profirieron por parte de un grupo de seguidores locales contra el jugador del Real Madrid Vinicius, al que se gritó "mono, mono" de forma insistente.