El fútbol de Arabia Saudí emerge frente a la austeridad del Viejo Continente

Cristiano Ronaldo, Benzema y Kanté ya esperan la llegada de una nueva generación.

CR7 ya es jugador del Al Nassr
CR7 ya es jugador del Al Nassr
Reuters

El fútbol mundial se enfrenta a un cambio de paradigma. No resulta novedoso que futbolistas de campanillas que flanquearon hace tiempo la frontera de la treintena hagan las maletas rumbo a competiciones de menor exigencia respecto a las grandes ligas europeas. Japón, China, Estados Unidos o los Estados árabes del Golfo Pérsico han sido habituales destinos de viejas glorias con ganas de vivir una experiencia exótica a la par que redondean las sustanciosas ganancias de sus carreras. Sin embargo, Arabia Saudí pretende ahora dar un paso más allá y tentar a base de talonario ilimitado a jugadores en la plenitud deportiva.

Frente a la austeridad imperante en un mercado europeo hasta la fecha a medio gas, los grandes clubes saudíes han tirado la casa por la ventana para convencer a jugadores llamados a situar el fútbol del país arábigo en otra dimensión. Cristiano Ronaldo abrió a sus 37 años la vía saudí en el mercado de invierno. Su fichaje por el Al-Nassr y un astronómico contrato que le reporta 200 millones de euros por temporada, incluidos patrocinios, parecía entonces un hecho aislado, pero la realidad ha demostrado que aquella operación solo fue la primera de otras muchas y estableció una tendencia.

Han seguido los pasos del portugués Karim Benzema, flamante nuevo jugador franquicia del Al-Ittihad, y N'Golo Kanté, un escudero de lujo para la leyenda del Madrid en su aventura. Con 35 y 32 años, ambos lo han logrado absolutamente todo en el exigente fútbol del Viejo Continente y afrontan el tramo final de sus respectivas trayectorias percibiendo alrededor de 100 millones de euros anuales, cifras algo inferiores a las de Cristiano Ronaldo pero igualmente inconcebibles en Europa.

No fue posible la guinda al pastel con el fichaje de Messi por el Al-Hilal, el club hegemónico del país árabe. Al argentino le ofrecían desde el subcampeón del último Mundial de Clubes un montante faraónico de alrededor de 300 millones de euros, pero se quedó con el atractivo de Miami en un retiro dorado más clásico. Sin embargo, Cristiano Ronaldo, Benzema o Kanté ya esperan la llegada a Arabia Saudí de la siguiente generación, la que está llamada a romper con el paradigma del fútbol mundial.

Futbolistas de primer nivel que todavía transitan por la plenitud de sus carreras se preparan para el asalto a la liga saudí. Así las cosas, el Al-Hilal ya ha cerrado el fichaje del mediocentro portugués Rúben Neves, una de las opciones que manejaba al Barça para paliar la baja de Sergio Busquets y que a sus 26 años deja el Wolverhampton de Lopetegui y la competencia de la Premier inglesa a cambio de un traspaso de 55 millones de euros.

También incorporará el club de Riad al central del Chelsea Kalidou Koulibaly, de 32 años, y negocia por el portero 'blue' Édouard Mendy, con un papel relevante en la Champions conquistada por el conjunto londinense en 2021 aunque relegado al banquillo esta temporada por el español Kepa Arrizabalaga. Por otra parte, el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo pretende a Hakim Ziyech, otro jugador del Chelsea, sumido en una continua remodelación.

Bernardo Silva, el golpe

No obstante, la joya de la corona ahora es Bernardo Silva. Pieza clave en el Manchester City de Guardiola que esta temporada ha conquistado la eternidad con el segundo triplete en la historia del fútbol inglés, el luso atraviesa a sus 28 años el mejor momento de su carrera. Reclutar a uno de los mejores jugadores del mundo todavía en plenas condiciones físicas supondría el golpe encima de la mesa definitivo con el que el fútbol saudí pretende desafiar la tradicional hegemonía europea.

El Viejo Continente atraviesa por un periodo de austeridad y el mercado de fichajes no termina de despegar. Solo la poderosa Premier League y el Real Madrid han animado hasta ahora el habitual baile veraniego de nombres y cifras. La llegada de Jude Bellingham al conjunto blanco, que pagó 103 millones de euros al Borussia Dortmund y hasta un 30% en variables por el prometedor centrocampista inglés, es el movimiento estrella hasta ahora.

La ventana estival deja también los fichajes del atacante galo Christopher Nkunku, que cambia el Leipzig por el Chelsea en un traspaso de 65 millones; del centrocampista argentino Alexis Mac Allister, que pasa del Brighton al Liverpool a cambio de 42 millones; o la adquisición definitiva de los derechos del sueco Dejan Kulusevski por parte del Tottenham, que ha ejercido la opción de compra que tenía y paga a la Juventus 30 millones.

Fichajes a coste cero tras el vencimiento de los contratos, cesiones e incluso intercambios de jugadores son las fórmulas predilectas en los tiempos del bueno, bonito y barato. Ya era una realidad habitual para la Liga, la Serie A, la Bundesliga o la Ligue 1, más allá de la excepción del PSG. No tanto en la Premier, acostumbrada en los últimos años a elegir sin competencia y romper el mercado.

Ahora le ha salido un competidor inesperado, para el que las cifras de ingresos por derechos televisivos o los límites salariales son papel mojado. El modelo en Arabia Saudí pasa por potenciar desde el gobierno a los cuatro principales clubes del país -Al-Hilal, Al-Nassr, Al-Ittihad y Al-Ahli-. Para hacerlo no escatimará en inversiones inimaginables en Europa, que se resigna a su tradición y prestigio frente al poder del dinero.

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