btt

Orbea Monegros: cuando la victoria es compartida por 8.000 bikers

Las altas temperaturas y el polvo han elevado la dureza de esta legendaria prueba, que ha vuelto ser una gran fiesta de la bicicleta.

La Orbea Monegros ha sumado otro sobresaliente a su expediente. El mejor termómetro para medir su éxito ha estado en la línea de meta, situada en el recinto ferial de Sariñena, donde los 8.000 inscritos han tenido la oportunidad de sentirse ganadores, al ser jaleados por su espíritu aventurero y por su titánico esfuerzo. Una recompensa merecida en una edición marcada por las altas temperaturas, el polvo y el viento.

La imagen del lugar dispuesto para la llegada ha ofrecido el mejor resumen del espíritu de una prueba en la que vivir la experiencia y llegar a la meta es vencer. De hecho, la mayoría ha entrado en grupo y ha dedicado su último esfuerzo a alzar al cielo los brazos, hayan estado entre los primeros o entre los últimos del kilométrico pelotón. De los 8.000 inscritos, 6.000 han elegido la Maratón, de 117 kilómetros, y el resto, la Media, de 81.

Los instrumentos de Sena han amenizado el avituallamiento de la Orbea.

José Luis Ortega, vecino de Monzón, todavía ha sido capaz de subirse al único cajón de la prueba, abierto a todos, y fotografiarse levantando la bicicleta por encima de su cabeza. Detrás, la palabra ‘finisher’ (completada). “Al acabar, siempre digo que será la última, pero al final acabo volviendo, por el increíble ambiente, la excelente organización y la dosis de aventura. Ha vuelto a ser duro, por el calor y el polvo; las ruedas se clavaban y era difícil controlar la bicicleta. Pero al llegar el subidón es enorme”, ha señalado el aragonés al culminar su cuarta participación.

Aunque es una prueba no competitiva, hay quién no puede evitar dar el máximo y buscar el honor de la victoria. En esta edición, los tres primeros en atravesar la línea de meta han demostrado tener interiorizado el espíritu de la Orbea Monegros. De hecho, no han querido disputarse la victoria y han entrado en grupo, respetando el esfuerzo compartido desde el kilómetro 80 de la prueba. Han sido tres grandes de las dos ruedas: Gabi Torralba, natural de la localidad oscense de Riglos; Alberto Sánchez Saceda, vecino de Arganda del Rey (Madrid); e Iván Saturde, de Castro Urdiales (Cantabria). Los tres han parado el crono en 3 horas y 53 minutos.

El cántabro fue el ganador en la edición de 2019 y en 2022, tras el parón por la pandemia, compartió el mismo honor con un segundo corredor. También se ha subido cuatro veces a lo más alto del pódium de la Quebrantahuesos. “Se trata de una prueba muy atractiva, que te permite rodar muy rápido y darle gas”, ha señalado el ciclista, reconociendo eso sí que probablemente “ha sido la más dura, por el calor y el polvo”. Y es que la falta de lluvias y el paso de las bicicletas han manchado el terreno, levantando grandes nubes de polvo. Según los inscritos, una de las peores ha estado en el kilómetro 17. La falta de visibilidad ha causado allí más de una caída. También ha sido un año con numerosas insolaciones. Y eso que al final las nubes han ocultado el sol y el viento ha crecido en intensidad.

Los tres primeros han dejado aparcada la BTT y en su lugar, han optado por una bicicleta gravel, más ligera, ideal para un circuito llano y rodador como el de la Orbea Monegros. El aragonés Gabi Torralba aprendió la lección en 2022, donde eligió la bicicleta de montaña y acabó quinto. El reconocido ciclista ha podido resarcirse y disfrutar al máximo. Tal y como ha explicado, “los tres íbamos ya muy justos de fuerzas y hemos acordado compartir la victoria; sin disputas, haciendo gala del espíritu no competitivo de la prueba”.

La edición de este año ha sido además la más femenina. Su participación va al alza y en total, un millar ha formado parte de las diferentes pruebas. La primera en completar los 117 kilómetros de la Maratón Orbea ha sido la catalana Ana Henestrosa, que ha dado fe de la dureza del circuito y en especial, de las dificultades sufridas a causa del polvo. Para corroborar sus palabras, ha bastado fijarse en el rostro de los corredores, cubiertos de tierra y además, castigados por el sol. A su llegada, más de uno ha buscado un necesario descanso sobre el suelo, aunque sin perder la sonrisa.

Más animación en los avituallamientos

La Orbea Monegros ha vuelto a demostrar que es una gran fiesta de la bicicleta, que transciende lo deportivo, primando el cuidado al corredor, con el fin de que cada uno haga suyo el reto de atravesar el conocido como ‘desierto vivo de Europa’. En 2022, los organizadores -Orbea, Ayuntamiento de Sariñena y Comarca de Los Monegros- estaban centrados en recuperar el pulso al evento tras el obligado parón por la pandemia y por ello, aún siendo su 20 aniversario, hubo poco espacio para las celebraciones. Para compensar, la de este año ha sido una de las ediciones más festivas, con varias novedades y actividades paralelas.

El punto de salida y meta ha contado con varias exhibiciones de bike trial a cargo de los dos de los mejores del mundo, Eloi Palau y Dani Comas. También ha habido música en vivo en varios puntos del recorrido y además, en lo alto del refugio de Piedrafita, tras superar el más duro de los ascensos, los corredores han podido disfrutar de la animación del grupo de dulzainas y gaitas de Sena, al que ha acompañado su cabezudo ciclista. También se estrenó el viernes una nueva etapa nocturna.

8.000 ciclistas participan en esta prueba.

“Ha sido una fiesta de las grandes; dura, pero divertida. Ya sabíamos a lo que veníamos”, ha afirmado otro de los inscritos, Carlos Pérez, llegado desde Bilbao. Precisamente, vascos, catalanes y madrileños han sido los más predominantes, aunque ha habido corredores de prácticamente todos los rincones de la geografía española y de varios países extranjeros.

A los inscritos, se han sumado cientos de acompañantes, voluntarios y organizadores. También mucho público, que ha seguido animando a cada uno de los que cruzaban la línea de meta. En total, según los cálculos de Orbea, la prueba ha vuelto a concentrar a unas 20.000 personas, es decir, cinco veces la población habitual de Sariñena. La localidad ha sido un hervidero de gente durante todo el fin de semana. Las plazas hoteleras han estado completas en un radio de 100 kilómetros. En total, se calcula que su retorno económico es de 1,2 millones de euros.

Dentro de los inscritos, ha habido también un gran número de monegrinos, alrededor de 150 y del conjunto, varios han estado entre los más rápidos, entre ellos, Javier Coscolla, de Sariñena, con un tiempo de 4 horas y 9 minutos. Además de disfrutar y sufrir sobre la bicicleta, el monegrino ha señalado las bondades de una prueba “que ayuda a mover nuestra economía y nos sitúa en el mapa”. “El beneficio es importante y el ambiente, excepcional”, ha subrayado.

La jornada se cerrará con la entrega de una serie de reconocimientos a valores como la superación o el compañerismo. También se distinguirá al grupo más numeroso, que, una vez más, será el club ciclista local, lo que refrenda la apuesta y pasión del territorio por su Orbea Monegros.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión