A acabar con la sequía

El Tecnyconta se mide hoy (12.30) ante su afición al Morabanc Andorra con la necesidad de sumar, tras cuatro jornadas, la primera victoria de la temporada.

Lovro Mazalin lanza a canasta, durante un entrenamiento en el Príncipe Felipe.
Lovro Mazalin lanza a canasta, durante un entrenamiento en el Príncipe Felipe.
Guillermo Mestre

La irregularidad ha sido una constante en el camino del Tecnyconta Zaragoza desde que comenzara la andadura de Jota Cuspinera al frente del nuevo proyecto aragonés. Es una de las consecuencias, uno de los peajes a pagar por la radical transformación que ha sufrido la plantilla rojilla desde la temporada pasada, en la que el abismo se vio peligrosamente cerca tras una nefasta segunda vuelta. Hasta nueve caras nuevas se han sumado a las filas del club aragonés; tan solo Bellas, Barreiro y Sergi García sobreviven de aquel plantel que a punto estuvo de naufragar hacia LEB Oro.

Tras una pretemporada que sembró muchas dudas, en la que las piezas del puzle chirriaron bastante –no hubiera obedecido a la lógica que hubieran encajado a la primera–, el Tecnyconta sorprendió por la seria imagen mostrada en su debut liguero ante el Obradoiro. El equipo al fin competía, un verbo que apenas se había podido usar durante la fase de preparación.

La apretada victoria del Herbalife Gran Canaria en el pabellón Príncipe Felipe confirmó este cambio de tendencia, excepción hecha de la apisonadora que constituyó el Real Madrid en la siguiente parada liguera. Victoria sin paliativos del conjunto de Pablo Laso, uno de los mejores de Europa. De vuelta entre los mortales, la dolorosa derrota ante el Bilbao Basket, en un partido que marchaba por derroteros muy positivos, fue una muestra más de la volubilidad del equipo de Cuspinera, que tiene en su falta de constancia uno de sus puntos más claros a mejorar. El parcial de 15-0 en el tramo final echó por tierra todo el trabajo realizado de forma previa.

Un mazazo emocional del que los jugadores tiene oportunidad de recuperarse hoy (12.30) frente al Morabanc Andorra, un rival que ha hincado la rodilla en tres de los cuatro primeros compromisos ligueros. Un oponente al que tampoco le están saliendo las cosas para usar como aspirina y disipar cualquier amago de nervios en el vestuario. Para que el Tecnyconta se autodemuestre que es capaz de juntar en 40 minutos –seguidos– los fogonazos de buenas sensaciones brindados a lo largo de los últimos choques. No caben más desplomes en el último cuarto, como reconocía Jarvis Varnado. Todos los jugadores son plenamente conscientes de la trascendencia del choque, habida cuenta de la peligrosa situación en la tabla y el nuevo desplazamiento –el cuarto en seis jornadas– que afrontará el cuadro rojillo la próxima jornada, donde le esperará el Baskonia.

Cuspinera no variará la filosofía que está tratando de implementar en el equipo desde su llegada. Quiere un juego dinámico y rápido: correr la pista, en definitiva. Un planteamiento muy similar al de un Morabanc al que le gusta salir al contraataque y que será una fuerte amenaza desde el perímetro. Aunque liderado por Blazic –el esloveno promedia un 50% en tiros de tres y es el tercer máximo anotador de esta campaña con una media de 17,3 puntos–, Jankovic, Walker e incluso un ‘4’ como Shurna completan las múltiples amenazas exteriores de los de Joan Peñarroya. Y es que, pesar de encontrarse en la zona media-baja de la tabla, el cuadro del Principado es uno de los equipos más anotadores de la Liga Endesa, con 84,25 puntos por encuentro.

Un equipo "eléctrico", según Cuspinera, al que tendrán que detener con inteligencia. No solo por el bajón físico ("no podemos ir a todos los balones", afirmaba el vasco) sino por una posible sobrecarga de faltas en las filas rojillas. Duelo de opuestos en este aspecto: el Tecnyconta, equipo más castigado de la competición (24,5 por encuentro), recibirá al rival que más provoca (26,5).

El conjunto de Jota Cuspinera dispondrá de una buena piedra de toque –un equipo de Eurocup– para pulir los detalles que le están impidiendo estrenar su casillero y ganar en confianza. Para ser un bloque constante y regular, para resolver sus desajustes defensivos y calmar su ansiedad. Lo hará con todos sus jugadores disponibles, salvo cambios de última hora, y con el deseo de dar la primera alegría de la temporada a la parroquia rojilla. Es la hora.

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