Miguel Sevil Castro: "Si se intenta, es posible triunfar"

¿Qué les dice a sus jugadores el seleccionador campeón de España sub 18, Miguel Sevil?

Comenzamos a entrenar para un nuevo Campeonato de España. El año pasado logramos ser campeones. Ahora iniciamos una nueva etapa en la que quedan pocos jugadores de la campaña anterior.

¿Pero qué les dice concretamente? ¿Alguna frase en especial?

Les digo que es difícil, pero que lo vamos a intentar. Si se intenta, es muy difícil, pero es posible triunfar. Si no se intenta, es imposible.

Que una Comunidad con la población y número de fichas de Aragón sea campeona de España, me parece un hecho excepcional.

El año pasado lo logramos ante Comunidades de un potencial teórico muy superior. Nos salió redondo. Le ganamos 2-0 a Cataluña en la final. En todo el campeonato, en seis partidos, marcamos 10 goles y solo recibimos uno. Es una competición que no concede margen de error. Si un día te equivocas, estás fuera.

Este año no lo tienen sencillo...

No hemos tenido demasiada suerte en el sorteo y nos han tocado Andalucía y Cataluña. Multiplican nuestra población, pero el reto es muy bonito.

¿Cuál es su anhelo?

Pelear por ganar. Aragón ya fue campeona en 2003 con Carlos Casaus como entrenador y Zapater en el campo. También jugó la final en 2014 con Javier Garcés como entrenador y con Vallejo y Sergio Gil como jugadores. El año pasado fuimos campeones y Luis Forcén ya está en el Aragón. Esa es nuestra meta, sacar resultados y futbolistas, y por ese objetivo vamos a luchar sin tregua.

Habla de luchar sin tregua. Sus orígenes le delatan...

No concibo el fútbol ni la vida sin trabajo y esfuerzo. Así me lo inculcaron mis padres desde pequeño. Mi padre, Bautista, es de Moyuela, y era albañil. Mi madre, Ángeles, es de Blesa. Comencé a jugar al fútbol sala en mi colegio, Miraflores, aunque pronto me pasé al fútbol al Montecarlo. Allí desarrollé mi etapa formativa, en infantil, cadete y juvenil. Teníamos un equipo muy bueno. Muchos compañeros jugaron en la selección aragonesa. Nuestro portero, Caballero, lo fichó el Sevilla y todo.

Pero el mejor era usted, un defensa central de flipar, aunque nunca fuera a la selección.

Usted nunca fue demasiado objetivo conmigo...

Qué años más bonitos, Miguel...

Desde luego. En juveniles me entrenó Juan Carlos Remiro, que ahora es seleccionador UEFA. El deporte y la educación me apasionaban. Por eso decidí estudiar INEF, aunque tuviera que ir a Lérida, que entonces no se cursaba en Aragón. Fiché por el Fraga y así me ganaba también unas pesetillas. Nos entrenaba Juan Carlos Oliva, que luego dirigió al Dépor, Alavés y Salamanca. Teníamos un equipazo con Artigas, Luis Arilla, Fran Gomáriz, Richi Belio, Leo, Quique Falcón...

Qué lujo, atarse las botas con Quique Falcón en el vestuario...

Ese año metió 48 goles. Un verdadero lujo. Después estuve en La Almunia con Luis Cabeza, en el Binéfar con Paco Rúa, y tres años en el Andorra con Emilio Larraz y José Ignacio Soler. De todos aprendí un montón, hasta que con 29 años lo dejé porque me llamaron para entrenar en la Ciudad Deportiva.

Lo mejor para un pedagogo como usted...

Me llamó Javier Chirri. Allí estuve con Ander Garitano. Me di el gustazo de entrenar a Vallejo en infantiles. Después, se interesó por mí Emilio Gracia y pasé a entrenar para la Federación Aragonesa. Primero, como ayudante de Solana, y en los dos últimos años como seleccionador.

¿Cómo es su vida diaria?

Soy profesor de Educación Física en Secundaria y Bachiller en el colegio La Salle Gran Vía. También, entreno a la selección juvenil. Disfruto de mi hijo, Mario, que tiene cuatro años, y de Ana, mi mujer. Y además, me escapo siempre que puedo a Moyuela o Blesa para estar con mis padres.