David Cachón, un aventurero de la bicicleta

El zaragozano, doble campeón del mundo de bici de trial, entiende su pilotaje de forma diferente: "Me encanta explorar los lugares donde nadie ha paseado antes con una bici".

David Cachón realiza una acrobacia en Jerusalén
David Cachón, un aventurero de la bicicleta
Ismael Ibáñez

David Cachón se ha formado como rider por todo el mundo. El zaragozano, de 39 años, es un enamorado de la bici de trial, de la que ha hecho su modo de vida. Primero, en la competición al más alto nivel; y desde hace cinco años, explotando su creatividad en un proyecto deportivo muy personal en el que emplea su increíble pilotaje de una forma diferente: "Busco escenarios espectaculares de ciudad, de naturaleza, para integrar los trucos y hacer mis propias creaciones. En cierta forma, se acerca a lo artístico. Es ciclismo de aventura. Ir a una zona inexplorada es más romántico porque va acompañada de una historia", describe el aragonés, que ya tiene dibujado este mes su próximo destino: la Muralla China.

David Cachón se hizo un nombre en el mapa internacional del biketrial, una disciplina que requiere habilidad y fortaleza mental para salvar barreras naturales o artificiales en el menor tiempo posible y evitando poner los pies en el suelo. Hace dos décadas, el deportista alcanzaba a golpe de pedal su primer entorchado mundial tras imponerse en las tres pruebas del campeonato. En Itadori (Japón) empezó a embellecer un currículum que redondearía en 2000 con el título nacional y su segundo oro mundial para bicicleta de veintiséis pulgadas, que levantó en la localidad checa de Brezova. Su pasión fue a más y se hizo espectáculo: sumó a su palmarés el récord Guinness de salto al vacío en vertical y dos del mundo de salto de altura en parado.

"Después del trial vino la decisión de qué camino tomar, de mantener ese espíritu competitivo o iniciar un nuevo rumbo. El comienzo no fue de una forma definida, sino que se fue dibujando poco a poco, creando un estilo propio", narra el deportista, que quedó atrapado por el freeride, adaptando experiencia a esta disciplina para seguir creciendo. "Decidí moverme por mi ambición a viajar y descubrir. Y esto desembocó en un nuevo concepto del ciclismo, de ver la bicicleta de otra forma y entender qué se podía hacer con ella", añade. El piloto iniciaba un proceso creativo, "con un toque auténtico, diferente", en el que mezclan las técnicas del BTT, BMX, trial, freeride, enduro, bici de carretera...

"Empecé a contarlo hace cinco años. Creé una revista, Wallride Bike Magazine; me encanta el papel, soy un romántico, aunque el mundo de internet es una ventana perfecta. Desde ahí he plasmado mis inquietudes. No son producciones multitudinarias sino íntimas y personales, que se documentan en vídeo y en imagen. Voy con un filmador y un fotógrafo; reducimos el grupo a lo mínimo para minimizar costes y por un tema de agilidad. Mi búsqueda es encontrar los lugares que son carismáticos y crear una aventura allí", explica el aragonés, que encontró el respaldo de los patrocinadores y la entusiasta acogida del público de Estados Unidos, Australia, Canadá, Alemania... "En España han nacido muchos centros de BTT y las delegaciones de turismo de los gobiernos autonómicos están muy interesadas en patrocinar senderos. Mientras que en el extranjero están abiertos a que la presentación del trabajo sea más poética y plástica. Por eso engancha y tiene más éxito. Aquí va poco a poco entendiéndose la propuesta", afirma el profesional.

Los viajes se han sucedido: Japón, Grecia, Madeira... Desafíos a la gravedad en Formentera, malabarismos imposibles en la volcánica Tenerife o enclaves de vértigo como el mediático Caminito del Rey en Málaga, considerado uno de los senderos más peligrosos del planeta, que recorrió el pasado verano gracias a un permiso especial. "El contacto con la naturaleza es todo un privilegio. El resultado es más idílico, aunque también asumes que tiene una serie de riesgos al hacer trucos, saltar y hacer cosas diferentes para que sea un producto creativo", reconoce.

Todas sus propuestas le traen "recuerdos extraordinarios". Pero hay una que evoca con especial mimo: el viaje que le llevó a Jerusalén. "Exploramos todo Israel, de norte a sur. El gobierno apostó por esta experiencia porque ve que, a través del deporte, puede dar una mejor imagen de su país. Ellos nos invitaron a conocer el país. Que te den la oportunidad de montar por las calles de Jerusalén fue único", recuerda. Ahora, ya está listo para su nueva hazaña sujetando el manillar: la zona más desconocida de la Muralla China. El próximo día 25 parte hacia Pekín. "Me encanta explorar los lugares donde nadie ha paseado antes en una bicicleta". Esta es la filosofía de David Cachón.

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