De Sabiñánigo a la mítica París-Roubaix

El aragonés Jorge Arcas relata sus sensaciones tras su exitoso debut como ciclista profesional y explica sus expectativas para la segunda temporada en Movistar.

Jorge Arcas sobre los adoquines con el maillot de Movistar.
Jorge Arcas sobre los adoquines con el maillot de Movistar.
Movistarteam

Jorge Arcas es un ciclista singular. Roza el 1,90 y no alcanza los 70 kilos. Aunque siempre se le ha catalogado como un especialista en la montaña, sus últimos grandes progresos han sido en la contrarreloj. Gregario siempre al servicio del líder, al de Sabiñánigo tampoco le asustan las clásicas de primavera sobre el duro adoquín del norte de Europa. A sus 24 años, el hijo de José Antonio -presidente del club ciclista de su localidad- y Begoña es la última perla de la cantera aragonesa que se ha instalado en el pelotón profesional, concretamente en la todopoderosa escuadra de Movistar, con la que ha completado su debut en la élite del ciclismo mundial.


Después de 69 días de competición y 8.880 kilómetros en las piernas, Jorge ha completado con nota su estreno en la carretera profesional. “La primera temporada ha sido buena. Me he adaptado muy bien al equipo y he conseguido cumplir los objetivos que me habían pedido. Al principio me costaba un poco más, pero al final ya me sentía uno más del pelotón”, subraya Arcas desde Sabiñánigo, donde está realizando estas semanas los entrenamientos de pretemporada. El oscense ha vivido un rápido proceso de adaptación en el que lo más sorprendente ha sido “el gran salto de calidad que hay en profesionales, especialmente en la distancia de las carreras y en la resolución de las etapas en los kilómetros finales”, explica.


El de Sabiñánigo ha tenido la oportunidad de disfrutar durante varias carreras de un jefe de filas como Alejandro Valverde, uno de los mejores ciclistas españoles de la historia. Para Jorge, una experiencia única. “Es otro nivel de deportista y es una persona increíble. Te cuida, te apoya, te arropa… y eso es siempre de agradecer. Es un lujazo correr con gente como Valverde, un ciclista que lo ha ganado todo”, asegura.


En un equipo como Movistar, sin grandes especialistas en las clásicas de pavés, Jorge Arcas ha disputado en la temporada de su debut algunas de las carreras más importantes del mundo, como la París-Roubaix, considerada la prueba más antigua del calendario internacional y conocida como ‘El infierno del norte’. Un rompepiernas de 257 kilómetros con durísimos tramos de adoquines salpicados por la lluvia y el barro. Un monumento al ciclismo. “La París-Roubaix, igual que el Tour de Flandes (otro de los grandes monumentos ciclistas que ha corrido este año), es una prueba única. Hasta entonces nunca había pisado un tramo de pavés y cuando lo haces en esos escenarios compruebas que es otro nivel. Son lugares en los que se vive el ciclismo con máxima pasión y es un lujo poder correr allí”, relata con pasión. “Solo mantenerte en el pelotón sin irte al suelo en los adoquines ya es increíblemente difícil”, remarca.

Una grande en las piernas

La nueva temporada de Jorge todavía no tiene un calendario definido ya que “Valverde y los demás líderes aún están cerrando el suyo” pero, en principio, empezará a rodar a finales de enero en Mallorca. “Donde me manden, iré encantado. Estoy trabajando muy duro esta pretemporada y sé que ahora, conociendo la categoría, puedo dar un paso más. Personalmente, quiero aguantar un punto más con los grandes en los puertos largos y mejorar mis resultados en las contrarrelojes”, comenta.


¿Y correr una grande (Giro, Tour o Vuelta)? ¿Está muy lejos? “Siempre hay alguna opción, pero la realidad es que es muy difícil entrar entre los nueve seleccionados de una gran vuelta en un equipo como Movistar. Ahora estoy todavía rematando mi proceso de adaptación, pero creo que tengo una grande en las piernas y estoy trabajando día a día para algún día poder correrla”, afirma con ambición.

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