El tirachinas, de juego a deporte

El Departamento de Cultura se niega a inscribir al único club aragonés de la especialidad en el Registro de Asociaciones Deportivas porque no la cataloga como deporte.

Miembros de Tirachinas Zaragoza, en la sede de la Asociación de Vecinos Puente de Santiago.
El tirachinas, de juego a deporte
Guillermo Mestre

A los aficionados a disparar con tirachinas no les dejan ser deportistas, al menos oficialmente. El Gobierno aragonés ha denegado la solicitud del club Tirachinas Zaragoza para su inscripción en el Registro General de Asociaciones Deportivas de Aragón con el argumento de que esta práctica "no constituye una actividad física ni está reconocida como modalidad deportiva o especialidad deportiva dentro de una modalidad".


Los promotores del club Tirachinas no se dan por vencidos y, aunque no tienen previsto recurrir la negativa de la DGA, tras el verano volverán a la carga con una solicitud para ser reconocidos, al menos, como asociación cultural. La resolución denegatoria de la Dirección General del Deporte, emitida el pasado 12 de julio, no deja resquicios al reconocimiento como entidad deportiva porque considera que "la actividad de tirachinas no cumple los requisitos exigidos".


El presidente de la asociación Tirachinas Zaragoza, Miguel Ángel Sierra, practica este deporte con un grupo de amigos desde hace dos años. A su juicio, el jarro de agua fría que les acaba de echar el Departamento de Educación, Cultura y Deporte no está justificado. "Practicamos una especialidad de tiro de precisión, como pueda ser el tiro con arco, con pistola o con carabina y, además, somos una modalidad mucho más antigua. No sé en qué se basa el Gobierno aragonés para decir que lo nuestro no es un deporte", dice.


Sierra señala que el disparo con tirachinas tiene muchos aficionados en otras comunidades, donde se desarrollan competiciones y goza de reconocimiento oficial. Entre las zonas con más implantación, señala a Galicia, Asturias, Andalucía, las dos Castillas y la Comunidad Valenciana.


Lo cierto es que la competición está en mantillas en Aragón, donde el único grupo organizado es el que preside Miguel Ángel Sierra. Utiliza como sede las dependencias de la Asociación de Vecinos Puente de Santiago, del barrio zaragozano del Actur. Allí se ejercitan dos veces por semana.


Las armas que estos deportistas utilizan son mucho más sofisticadas que las usadas por los niños en sus juegos callejeros. El tirachinas de competición, fabricado artesanalmente con madera, se sujeta con una empuñadura similar a la de una pistola y tiene punto de mira. Para disparar no sirve cualquier proyectil. Las ‘balas’ son en este caso bolas de acero con diámetros que oscilan entre 6 y 10 milímetros. La diana se sitúa a 10 metros.


Miguel Ángel Sierra explica que su actividad se limita a las prácticas de puntería en un local cerrado. De momento no participan en competiciones, aunque existe un campeonato nacional de esta especialidad al que se presentarán cuando consigan el reconocimiento oficial. La Federación Aragonesa de Deportes Tradicionales anuncia que les abrirá sus puertas de par en par. Su presidente, Ángel Lassa, adelanta que el club Tirachinas Zaragoza "tiene perfecta cabida" en la Federación que preside.

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