Aunque el fútbol puede resultar ilógico e imprevisible, todo parece indicar que el Real Zaragoza recibirá el próximo domingo en La Romareda a un Lugo aturdido y especialmente vulnerable. La repentina marcha de Luis Milla en la medianoche del miércoles fue solventada ayer con una decisión sumamente arriesgada. La entidad gallega ha entregado el banquillo que ha dejado vacante el turolense a José Antonio Durán Rivas, que hasta ahora dirigía a los juveniles de la entidad y que su mayor experiencia se circunscribe al ámbito de la Tercera División autonómica.

Milla, que deja al cuadro lucense en la duodécima posición y a dos puntos del Zaragoza, zanjó abruptamente una aventura profesional que arrancó el pasado verano. El aragonés fue elegido para comandar el proyecto de un nuevo presidente, Tino Saqués. Este empresario dedicado al sector de la fontanería y el frío industrial, confió en el exjugador de Barcelona y Real Madrid para capitanear una etapa gobernada por la ambición. El arranque fue prometedor.

Con el técnico de Teruel, el Lugo firmó su mejor primera vuelta en la categoría de plata. Sin embargo, las relaciones con los dirigentes del club se fueron deteriorando con la llegada de las decepciones. Especialmente en su faceta como local, donde acumulaba más de dos meses sin ganar en el Ángel Carro y una parte de la afición se acordó de Quique Setién –su antecesor en el cargo y ahora en_Las Palmas– en las recientes derrotas ante el Mirandés (1-4) y el Leganés (1-2).

Según ha trascendido, se produjeron diversos desencuentros entre algunos directivos y Milla, que no se sentía suficientemente valorado y respaldado. Una distancia creciente que le llenó de razones para abandonar. El turolense ni siquiera se ha despedido en persona, sino que ayer emitió un comunicado muy protocolario en el que agradecía la posibilidad de haber vivido "una experiencia muy enriquecedora" en el equipo gallego.

El sustituto

La respuesta del Lugo no se dilató. En el mediodía de ayer confirmó la designación de José Durán como el reemplazo de Milla, con Manolo Mandiá como ayudante. No tuvo que acudir muy lejos para encontrarlo. Se trata de un técnico con diez años de servicio en la casa y que en la actualidad se encargaba de los juveniles. Por la tarde, ya se enfundó el chándal del primer equipo para liderar su primer entrenamiento en el estadio. Comenzó la sesión reuniendo a los jugadores en el centro del campo y pronunciando su primera arenga.

A priori, se trata de un nombramiento muy arriesgado. La trayectoria de Durán alcanza sus cotas más altas en la Tercera gallega, a cargo del Foz, el Castro, el Viveiro y el propio Lugo en 2004. Además, apenas contará con 72 horas para transmitir sus consignas a la plantilla.

En su presentación, trató de transmitir aplomo. "Para mí la responsabilidad no cambia, antes llevaba a la imagen de la cantera del club, ahora, la de la institución. El domingo jugamos con el Real Zaragoza . Es lo que toca, todos los rivales son duros", dijo.

Sin embargo, bien haría el Real Zaragoza en no zambullirse en la piscina de la confianza y la complacencia. El Lugo muestra su filo más peligroso a domicilio. Es el equipo que menos partidos ha perdido lejos de su estadio (dos), aunque el empate es su resultado favorito.