La magia de Alcañiz

Una 'pelouse' del circuito de Motorland, en el día grande de las carreras.
La magia de Alcañiz
Guillermo Mestre

"Se nota que tienen gasolina en las venas y que sienten pasión por la competición", confesaba Jorge Lorenzo el pasado jueves en Alcañiz. El líder de Yamaha tuvo el privilegio de recorrer el antiguo circuito urbano Guadalope –cuyas calles fueron testigo, hace 50 años, de las primeras carreras de automovilismo–, germen de un proyecto vinculado al mundo del motor que ha revolucionado la capital del Bajo Aragón: Motorland. El mallorquín aplaudía el ímpetu de los ciudadanos, que se volcaron en el homenaje al histórico trazado y que desde hace cuatro años enloquecen con un evento que ha colocado el nombre de Alcañiz en los titulares. El Gran Premio de Aragón es el escaparate de la joya que se levanta en su interior: el circuito de velocidad que entró en 2010 a formar parte de la élite del motociclismo y donde Lorenzo, por fin, pudo reinar en la celebración de la quinta edición. 


El Gran Premio de Aragón salió fortalecido, con 112.331 personas dando calor en las gradas, la segunda mejor marca de la historia de la prueba. La jornada de mayor afluencia se registró el domingo: la lluvia no impidió que se acercarán 66.584 visitantes, mientras que el sábado estuvieron en Motorland 28.352 personas y el viernes 17.195. A estos buenos datos se refirió la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, durante su estancia en el trazado. "Este Gran Premio destaca por el patrocinio de Movistar. Además de por la ocupación hotelera, que ha sido del 100% tanto en el Bajo Aragón como en los establecimientos zaragozanos. Cifras que demuestran su proyección internacional", afirmó


Motorland entusiasma a los pilotos, a los equipos, a Dorna (empresa que gestiona los derechos del Mundial) y a miles y miles de aficionados que han abrazado el Gran Premio de Aragón convirtiéndolo en un referente. La organización exhibe una sonrisa de satisfacción: sabe que posee un magnífico circuito que se ha ubicado en el calendario Mundial en un mes ideal –septiembre–, alejado de las otras tres citas que viven en el territorio nacional; presume de que ha enganchado a un público que reconoce la singularidad del diseño que trazó Hermann Tilke; y celebra que los fanáticos de las dos ruedas miren hacia Alcañiz para disfrutar de los encantos de la ciudad y de la competición.


Son valores que sujetan la apuesta del Gobierno de Aragón por este proyecto, que se mantiene firme en el Mundial de Moto GP hasta 2016. "El Gran Premio es el escaparate de este circuito, que ha tenido una inversión muy importante que se realizó en años anteriores, y que supone una generación de riqueza para todo el entorno. Para que este circuito siga teniendo ocupación, lo más importante para Motorland es la continuidad. Y el Gran Premio la garantiza", señaló la presidenta del Ejecutivo el domingo. Palabras que respaldaban el discurso de su consejero de Industria, Arturo Aliaga, el día anterior. "Para Aragón es el mayor acontecimiento deportivo de su historia. Y somos capaces de hacerlo bien", señaló el político del PAR, partido que puso todo su empeño en que la semilla llamada Ciudad del Motor creciera con el fruto más hermoso, Motorland.Balance positivo en la ciudad

Alcañiz se despertó ayer de la resaca del Gran Premio, que ha dejado cifras récord en la ciudad. Si el año pasado el sector empresarial equiparó los beneficios a los de 2010, en esta edición los empresarios hacen un análisis todavía mejor, sobre todo en la noche del día 26. Según los datos que baraja la Policía Local de Alcañiz, que trabajó con un dispositivo especial desde el viernes hasta el domingo, se duplicó el número de personas en la avenida Aragón durante los tres días y en las horas punta se llegaron a alcanzar las 10.000 personas. En la plaza de Santo Domingo, otra zona de fiesta, el volumen de aficionados rozó las 2.000 personas y en la plaza Mendizábal hubo más de 1.000 vecinos y visitantes. "Los asistentes buscaban hasta calles alternativas por donde acceder a los grandes núcleos de la fiesta", explicó el Jefe de la Policía Local de Alcañiz, Juan Ramón Martín. Los agentes se coordinaron a la perfección con más de 30 voluntarios de Protección Civil del Bajo Aragón, Matarraña y Bajo Aragón Caspe así como con los efectivos de Guardia Civil, Bomberos y Cruz Roja.


Los bares y restaurantes de la ciudad trabajaron sin descanso desde la apertura hasta el cierre, la mayoría de ellos con cartas y menús elaborados para la ocasión. La ocupación fue del 100% en todo el Bajo Aragón Histórico y alcanzó municipios y comarcas de otras provincias. 


Pero los beneficios no solo llegaron al sector turístico. Los talleres trabajaron el sábado hasta las once de la noche para dar servicio a todos los moteros y las gasolineras alcañizanas vendieron un 10% de combustible más que el año pasado.