Opinión

El cambio del Real Zaragoza

Ha cambiado de forma fundamental la dinámica del Real Zaragoza. El triunfo en Vallecas, que el equipo aragonés buscó con convicción y seguridad, ha propulsado al conjunto de Manolo Jiménez, que se ha apartado muy seriamente de los puestos comprometidos. Hacía mucho tiempo -¡qué doloroso recuerdo!- que la formación blanquilla no se apartaba a más de dos partidos de la zona comprometida. Pero más allá que eso, incluso, el Real Zaragoza se ha metido en una dinámica distinta, en la que ya no se ve en la obligación de estar siempre pendiente de sus talones.


Hoy, la formación blanquilla saca la cabeza y se atreve a mirar hacia arriba, ha perdido la timidez y el respeto, por más que la experiencia acumulada le obligue a tomarse las cosas con prudencia y tranquilidad.


Se asomaba el Real Zaragoza a una semana distinta, a la semana del cambio, que se iniciaba en Vallecas, seguía en la Copa del Rey y había de rematarse el domingo por la mañana en La Romareda. De momento, las cosas han salido bordadas para los de Jiménez. Le queda la guinda de un duelo complicado.


El cuadro blanquillo dirime su último compromiso liguero en el estadio zaragozano. El Levante, inmerso en tres competiciones, ha dado muestras de su potencial y su fortaleza; y guarda también un trocito de ánimo de revancha, tras la derrota sufrida en el Ciutat de Valencia el jueves pasado.


El Real Zaragoza, como ya demostró en la capital levantina, es mejor equipo; tiene más argumentos y guarda, sobre todo, más fútbol. Tiene una nueva oportunidad de establecer tierra de por medio con los puestos de descenso, que sigue siendo su objetivo primero, teniendo en cuenta la experiencia acumulada en los últimos años.


No serán ni el Zaragoza ni el Levante del jueves. Pero los de Jiménez deben sacar partido a un equipo con más recursos y, sobre todo, una formación arropada por la fidelidad de una afición que, por fin, empieza a disfrutar de su Real Zaragoza. Iba siendo hora.