Olga Gaiko: "Cuando suena la música de Tchaikovsky se me nubla la vista"

Lleva más de 10 años interpretando sobre los escenarios la clásica historia del ‘Lago de los cisnes’, pero todavía conserva los nervios del primer día. “Cuando suena la música de Tchaikovsky se me nubla la vista. Llevo muchos años bailándolo, pero no dejo de sorprenderme por su magia”, confiesa Olga Gaiko, la primera bailarina del Bolshoi bielorruso.

'El Lago de los Cisnes', el gran estreno de este mes de noviembre en el Teatro Principal de Zaragoza, constituye una de las piezas de ballet más ambicionadas por las bailarinas de todo el mundo y, al mismo tiempo, exige una de las técnicas más complicadas. El objetivo, explica Olga, es “llevar al público conmigo hacia un mundo de cuento e ilusión” en el que compiten dos personalidades dispares.

Esa doble personalidad del cisne, que toma forma humana en la piel de Odette y Odile, convierte su papel en uno de los más exigentes. “La bailarina tiene que ser también actriz, tener el talento de transformarse para que cada acto sea distinto”, explica.

De un espectáculo para otro, Olga descubre nuevos sentimientos gracias a un papel que nunca se cansará de interpretar en su intento por trasladar al auditorio “el espíritu de ese pájaro tan bello”.

“Lo más complicado –destaca– es interpretar en una misma tarde el cisne blanco y el cisne negro y transmitir dos caracteres completamente distintos”. Una lucha de luz y oscuridad que promete deleitar este sábado al público aragonés en un escenario que, de entrada, transmite a su protagonista “muy buenas vibraciones”.