CONCIERTO

Cantares de un poeta estoico

Leonard Cohen actuó anoche en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante unas 3.000 personas, que disfrutaron con un ramillete formado por algunas de las más memorables composiciones del artista canadiense

Leonard Cohen, ayer, durante su recital en el Príncipe Felipe de Zaragoza.
Cantares de un poeta estoico
oliver duch

Nada de adolescentes al borde de la lipotimia ni fans acampados en la puerta del pabellón Príncipe Felipe. Y no porque el artista no lo mereciera, sino simplemente porque el público de Leonard Cohen es gente que acude a sus conciertos con calma, dispuesta a escuchar prestando reverente atención en lugar de derrochando frenesí y griterío.

Y eso que, aunque la mayor parte de la audiencia del canadiense sobrepasaba holgadamente ayer la cuarentena de media, no faltaban jóvenes como el zaragozano José Antonio Roca, de 26 años, que reconocía ser seguidor de Cohen "desde hace unos 3 años, desde que vino al festival de Benicàssim, aunque lo empecé a oír mucho antes, sobre todo por mi padre".

 

De más atrás venía la devoción de Julián Chancellor -residente en Zaragoza aunque su acento denotaba a las claras su origen británico-, que a sus 52 años aseguraba que Cohen es "un mito y un gran poeta" cuya voz iba a servirle anoche para "revivir la juventud perdida". Y agregaba con humor que ver al canadiense cantar durante 3 horas a sus 75 años, "tan tranquilo pero con tanto entusiasmo, nos da esperanza para el futuro".

 

Juntas acudían al pabellón Lola Aventín y Ana Bendicho (que señalaba que Cohen le recuerda "un poco a Bogart"), de 48 y 46 años. Ayer era el cumpleaños de Lola y asistir al concierto era parte de la celebración, aunque explicaba chistosa que "el pobre Cohen está necesitado de dinero y venimos para que tenga una jubilación digna", aludiendo a los rumores que dicen que el artista emprendió esta gira después de que su representante le estafase dejándolo sin ahorros. "¿Canciones que me gusten de él? ¡Hay tantas!", exclamaba la zaragozana, y decidía elegir 'So long, Marianne' y 'Dance me to the end of love', que fue precisamente la que inauguró anoche el recital.

 

Cohen salía al escenario con puntualidad británica, rodeado por seis músicos y tres chicas para hacer los coros (dos de las cuales mostraron su agilidad dando una insólita voltereta lateral durante la interpretación de 'The future'). El canadiense abría su recital literalmente a los pies del zaragozano Javier Mas, ya que se postró de rodillas ante el guitarrista al comienzo de la canción. Cohen repitió el gesto en varias ocasiones más a lo largo del concierto, algo que sin duda complacería a la familia del aragonés, que acudió en pleno a la actuación e incluso se hizo foto de grupo a la entrada. Al preguntarle a Alicia, la madre de Mas, si asistía solo por su hijo o también por afición a Cohen, ni se lo pensó: "¡Por los dos!", aseguró resuelta. La acompañaban no solo los seis hermanos del instrumentista, sino también varios sobrinos e incluso su madrina, venida de propio desde Tudela.

 

Y Mas tuvo sus momentos de lucimiento con diversos instrumentos de cuerda (entre ellos la muy aragonesa bandurria y el laúd), ninguno tan hermoso como el arranque con un solo de varios minutos en 'Who by fire', con varios focos iluminándolo solo a él y recortando su silueta sobre el fondo (le valió un anónimo ¡Olé maño!). Muy ovacionado fue el momento en que Cohen empezó por Mas -"procedente de la bonita ciudad de Zaragoza", dijo- la presentación de sus músicos.

 

Para entonces ya habían sonado 'Ain't no cure for love' -sobre un fondo luminoso de rojo intenso-, 'Bird on the wire', la muy aplaudida 'Everybody knows' (con Cohen exhibiendo la calidad de sus graves), 'In my secret life' -uno de los pocos momentos en los que el público se atrevió a intervenir, punteando con tímidas palmas el final del tema-, 'Lover, lover', 'Waiting for the miracle' y 'Anthem'.

 

Pero quedaba cuerda para rato, ya que el canadiense tenía en cartera más de una veintena de canciones preparadas, como ha sido habitual en toda la gira, iniciada en 2008 e inmortalizada en un doble DVD grabado en directo durante uno de sus conciertos londinenses y editado el año pasado.

 

Al acabar esta gira, Cohen tiene previsto grabar un nuevo disco, aunque, como ayer decía Javier Mas, "ahora ni hablamos de eso. Son 18 meses de gira, se alargará bastante y ahora solo pensamos en los conciertos".