Un concierto con aires teatrales, una obra de teatro con canciones... ¿qué es 'La diferencia'?

¿Cuál es la diferencia?

Usted dirá.

Soy yo solo, con mi guitarra, voy tirando las canciones del disco, que también se llama así, 'La diferencia'. Me he llevado un 'ampli' algo atómico y unas lucecillas, para acompañar.

Lo dejamos en concierto, pues. Lo de esta noche, digo.

Si lo haces luego dirán que era una obra de teatro, y si dices que es más teatro, dirán que llevaba una guitarra y di un concierto. Igual hasta dicen que empezó a las diez y media y tú habías puesto que empezaba a las nueve... nunca se sabe.

Hace tres años, usted estrenó 'El malo de la película' en el Teatro Marín de Teruel. Un espectáculo audiovisual con escenografía añadida sobre las tablas. ¿Le tiene especial cariño al Bajo Aragón?

Sí, sí. Siempre que me pidan que vaya, iré. Me tratan muy bien en Teruel. Aquello que comentas fue muy bonito, aplaudieron mucho al final y se notaba el aprecio por el trabajo, fue una aventura y acabó bien.

¿Se encuentra más cómodo en los teatros que en las salas de concierto?

Hombre, el teatro es algo más tranquilo, y no se oye ruido al fondo cuando a alguien se le cae un vaso o cuenta un chiste, que también está bien, pero en el teatro quedaría feo hacer chistes y tirar vasos. Me encuentro muy cómodo normalmente, con esto de ahora también, y parece que a la gente le pasa lo mismo. Te tomas tu tiempo para estar a gusto, la velocidad no tiene mucho sentido cuando tienes un teatro para decir unas cuantas cosas.

¿Le gusta mirar a los ojos al público de las primeras filas?

Ya lo creo. Me da tiempo de sobra cuando hay luz suficiente.

¿En qué momentos de 'La diferencia' se lo pasa usted mejor?

Bueeeno... hay dos o tres, pero no puedo decirte cuáles, porque verías el truco.

Indumentaria y discurso aparte, ¿se siente usted profeta? ¿Y profeta en su tierra?

Profeta... no. Con mi tierra hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero nada serio, sobre todo los menos. Mira que en estos días vengo de actuar en Hospitalet y Manresa, son sitios de mi tierra, y todo bien.

El vídeo del tema 'La diferencia' ha hecho furor en Internet. Los cuadros de aparición súbita, el cromatismo warholiano, la mezcla progresiva de sonidos básicos y una letra que es una cura para la jaqueca...

Me lo pasé de maravilla con la webcam, paso a paso, grabando todas las caras y sonidos y los cambios... tenía ganas de hacer algo así, y la verdad es que me gustó lo que salió.

En el verano de 2007, en las páginas de HERALDO, le dijo usted a Carmen Al Natural, cantautora y telonera suya en un concierto zaragozano, que le gustaba oír la música de alguien por primera vez, porque lo que ya había escuchado no merecía volver sobre ello...

¿Eso dije? Pues sí, me parece coherente. Sobre todo creo que era coherente en el momento en el que lo dije.

Entonces, sus canciones...

Bueno, cada cual es libre de usarlas como quiera, para entretenerse, mejorar su vida, olvidarse de algo, una vez o muchas.

También dijo que jamás se metería en el mundo del bricolaje, y en 'La diferencia' sale usted con algunos artilugios de cuidado.

Pero no tendrían salida comercial, no podría venderlos. Son para ayudar a que todo salga bien en escena.

¿Se mantiene en contacto frecuente con otros compañeros de profesión, para compartir experiencias y ocurrencias?

En esto conoces a mucha gente agradable, y tengo mucho respeto por los que actúan y hacen lo que pueden, con cariño. Como yo mismo, vaya: trato de ser así, y hago lo que puedo.

¿Hay algo de la fama que le moleste especialmente?

No, tampoco soy muy famoso. Pero no me molesta nada, ni me agrada nada. Me da un poco igual (risilla).

¿Y cómo se aproxima la gente a usted?

Despacio (otra risa). Normal, no doy miedo, si vienen a preguntarme por lo que hago y el interés es genuino, perfecto. Si no, igualmente llegamos a entendernos tarde o temprano. Es cuestión de voluntad.