Zaragoza

Alejandro Sanz se deja querer por miles de fans en su vuelta a Zaragoza

El compositor madrileño conquistó sin problemas a las más de 5.000 personas que asistieron este jueves a su concierto en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.

El público de Alejandro Sanz es un romántico y como tal, se deja querer. Bastó un 'Ay Zaragoza...' de la boca del artista para que los más de 5.000 asistentes a su concierto de este jueves en Zaragoza coreasen un 'oh' sostenido en el interior del pabellón Príncipe Felipe.


La voz rasgada del cantante irrumpió pasadas las nueve en el recinto y el grito agudo de la multitud no se hizo esperar: "Si tú tampoco tienes perro que te ladre yo te aúllo una canción", decía Alejandro Sanz a sus fans en su primer tema de la noche 'Llamando a la mujer acción'.


Pese a los gritos, las fieles del compositor madrileño nada tienen ya de adolescentes. Los vaqueros pitillo de las treintañeras acompañados de tacones y americana predominaban en la pista de baile. Mientras, grupos más discretos de mujeres y alguna pareja ocupaban las gradas dispuestas a escuchar y a dejarse emocionar, en silencio, por el cantante. "Mis hijas están abajo, no volverán hasta que acabe", decía una mujer de unos 50 años señalando los dos sitios libres a su lado. Después no se movió. Serena y en ocasiones con los ojos vidriosos se dejó desgarrar poquito a poco por la voz del madrileño.


"Mi madre me dijo que estaba loco por querer dedicarme a cantar -soltó el artista tras los primeros temas de calentamiento-, dijo que era una utopía". Un agudo y preocupante "¡Viva tu madre!" le interrumpió antes de poder terminar su estratégica frase, aquella que sabía que le haría ganarse al pabellón zaragozano: "Y fue difícil llevarle la contraria porque todas las madres tienen algo de maña dentro". Bien sabía el cantante que la referencia a la ciudad y el cachirulo atado en la muñeca derecha no podían faltar. Tampoco una reflexión filosófica antes de dar comienzo al punto álgido de la noche: "La utopía es una línea que está en el horizonte y que cuando te acercas dos pasos se aleja tres. Para eso sirve la utopía, para caminar. Caminemos", invitó Alejandro Sanz a sus fans antes de continuar con 'Desde cuándo', el tema que hizo que todas las voces presentes sonaran a una en el recinto.


La banda fue clave a lo largo de toda la noche. Los juegos de luces dieron a la percusión la importancia que se merecía y el propio cantante se arrimaba a la trompetista para destacar su presencia. Aunque no hacía falta. La neoyorquina Julie Acosta se reivindica sola.


Los 45 euros de entrada parecieron olvidarse tras el primer tema y la primera cerveza.