Nueva novela

Soledad Puértolas narra el dolor de vivir

Hoy sale a la venta su novela ?Mi amor en vano? (Anagrama), la historia de un joven que ha sufrido un terrible accidente de tráfico

La académica de la Lengua y Premio Planeta Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) publica una nueva novela, ‘Mi amor en vano’ (Anagrama), la historia del joven Esteban, de ojos azules, que acaba de sufrir una experiencia traumática: un accidente de tráfico, en el que ha muerto su novia Laura. Y eso le lleva a dejarlo casi todo: su núcleo familiar, los amigos de antaño. Consciente de que ahora “pertenezco al amplio, disperso y dolorido grupo de los inválidos”, con sus muletas a cuestas, cambia de barrio, quizá porque desea empezar de nuevo. Probarse. Medirse desde el dolor, la enfermedad y la dolorida memoria. Esteban es un muchacho especial: ha sido lector de Pío Baroja y en un momento determinado alguien lo definiría como el joven “más hermoso que ha visto jamás”.


Comienza a frecuentar el Centro de Rehabilitación. Y en ese territorio –anímico y físico- aparecen nuevos personajes, y con ellos se despiertan sus sentidos. De algún modo tendrá la sensación de que el accidente le dará un nuevo sentido a su existencia. Soledad Puértolas es una escritora de atmósferas y de sugerencias, de vidas inesperadas o inadvertidas casi, y aquí sucede algo semejante. Esteban no parecía dispuesto a tomar las riendas de su propio futuro. Sin embargo, sucederá todo lo contrario. De entrada, conocerá a la joven diseñadora Violeta, que es como un torbellino; a su padre el Piloto, cronista deportivo, víctima del alcohol, de sus soledades y quizá de su áspero carácter; es uno de esos seres escurridizos, apenas entrevistos. Y conocerá a su mujer Dayana: ella será algo así como la voz de la experiencia, una mujer con una travesía apasionante detrás que lo convertirá en su mejor cómplice y confidente. Esteben descubre que le gusta escuchar y Dayana le contará su pasado como modelo de artista (“Nadie ha sabido entender lo importante que para mí es posar”), como cantante y como actriz, construirá para él la novela de sus días, e incluso le revelará los sueños más íntimos y esas pasiones secretas, un tanto fugaces pero igualmente intensas, como la que vivió con El Portugués. Dayana hace pensar en otra novela de Soledad Puértolas: ‘La señora Berg’, que narraba la fascinación irresistible que ejercía una mujer casada, madura y misteriosa, sobre un joven.


Hay otro personaje clave: Teresa, madre de dos hijos, que también frecuenta el Centro de Rehabilitación. Ella, con su hermoso cuerpo, despierta el deseo de Esteban. Y será, al menos durante un tiempo, la razón de su existencia. La belleza que incita e invita. Resulta arrolladora, le gusta la moda y es consciente del poder de su beldad. Aunque paulatinamente se desdibuja. Ella también está en crisis: vive inmersa en el dolor con una angustia que le llevará a la separación y al abandono de sus hijos. El mejor personaje del libro, quizá mejor incluso que el protagonista, es Dayana. Ella ha vivido mucho y ahora, cuando navega en una relación rutinaria y tranquila con su marido, le apetece reinventarse: fantasea sobre sí misma. Las historias, como las películas, multiplican su encanto cuando se recuerdan.


‘Mi amor en vano’ es una novela sobre la búsqueda de una segunda oportunidad, sobre las pequeñas cosas de cada día: la ambición, los cambiantes estados de ánimo, el amor y el desamor, la decepción, la angustia, la soledad. Es una novela sobre el valor de las voces y los ecos, sobre el lugar que ocupan en el mundo las personas azotadas por el destino y sus desgarros. Y es, claro, una novela, diáfana y sutil, sobre la esperanza. “Lo único que puede salvarte es la voluntad casi instintiva de volver a vivir”, se dice. Soledad Puértolas administra sus historias a su antojo, juega con la memoria y con un hábito inmortal que siempre nos reconforta y nos justifica: contar y escuchar. Contarnos y escuchar las vidas ajenas.