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Gomaespuma: "La radio ha perdido el sentido del espectáculo"

Guillermo Fesser y Juan Luis Cano estrenan este martes en Movistar Plus+ 'Gomaespuma, el reencuentro', un especial que recupera el espacio que condujeron hasta 2007.

Guillermo Fesser y Juan Luis Cano.
Guillermo Fesser y Juan Luis Cano.
Colpisa

Guillermo Fesser (Madrid, 63 años) y Juan Luis Cano (Madrid, 63 años) revolucionaron en los noventa la forma de hacer radio. Con su programa 'Gomaespuma', nombre también de la dupla humorística que formaban, y allá por donde pasaron -Radio Madrid, Antena 3 Radio, M80 y Onda Cero-, ya fuera de madrugada, tarde o mañana, demostraron que la información rigurosa no estaba reñida con el humor y durante 25 años cosecharon un enorme éxito.

Este martes, Movistar Plus+ emite a partir de las 22.00 un especial llamado 'Gomaespuma, el reencuentro', producido por Globomedia, que se grabó el pasado 10 de diciembre en un céntrico teatro de Madrid, un espacio "lleno de sorpresas e invitados" en el que se rinde tributo al programa y en el que la pareja repasará su historia, sus sketches y entrevistas más interesantes, pero también informará de los hechos noticiosos que han tenido lugar en estos 17 años sin programa.

"Hemos tenido que hacer una selección, pero nos hubiese gustado contar muchas más", explica Cano. Entre las noticias de las que informarán están los mundiales de fútbol ganados por las selecciones masculina y femenina, ya que "siempre contábamos que perdían", se lamenta Fesser. Y, por supuesto, la de los dos presidentes estadounidenses, "que han sido muy llamativos, tanto el negro como el naranja".

Reconocen ambos que ponerse delante de un micrófono hace unas semanas les puso algo nerviosos. "Es que hacía ya muchos años que no nos sentábamos a hacer un programa", justifica Cano, "pero sí que es verdad que, para sorpresa de ambos, parecía que no había pasado el tiempo. Estábamos en plena faena y no había ningún parón". A su lado, Fesser desvela que el ha tenido nervios "toda la vida" y que no son más que "sinónimo de responsabilidad". De hecho, cuando Gomaespuma empezó a adquirir cifras de oyentes importantes "era una gran alegría, pero también se redoblaban las preocupaciones porque saber que lo que digas puede influir en la felicidad o tristeza de una persona es una responsabilidad muy grande".

Para Cano este especial de poco más de una hora refleja "muy bien" lo que era 'Gomaespuma', un informativo en contenidos al uso, "pero con un ingrediente fundamental que servía de argamasa, el humor". En su opinión, "el humor no frivoliza y nosotros somos el ejemplo". Cuenta Cano que ellos, como periodistas, se preparaban las noticias "con total rigor" y luego utilizaban el humor en determinados momentos, "pero eso no significaba que le quitaras ni verosimilitud ni realidad ni verdad a lo que estábamos contando". No en vano, muchos otros programas de radio han seguido esta senda.

Y eso que en un primer momento no fue fácil. "Normalmente, la información la decía gente seria, especialmente señores, y luego ya venía el humorista, hacía su sketch y se iba", relata Fesser. "Y una cosa es ser gracioso, que tienes que tener un don, y otra es tener humor, que ese lo podemos tener todos y tiene mucho que ver con ir relajado ante la vida y tomarte las cosas sin más importancia de la que tienen", continúa. Por eso los primeros programas del dúo eran de madrugada, porque su fórmula no parecía encajar con nada.

Pero Fesser y Cano ya barruntaban que las cosas estaban a punto de cambiar cuando el dueño de una discoteca en Alicante les llamó para abroncarles porque el local se le vaciaba a las dos de la mañana porque la clientela se iba a los coches del parking a escuchar el programa. "¿Y por qué no enchufas el programa en el local?", le propusieron. Años más tarde, el dueño de un pub en Menorca les daría las gracias por un hecho similar. El negocio estaba a punto de irse a pique porque no entraba nadie y como se aburría, empezó a poner el programa. Con el paso de los días, empezaron a sumarse clientes que acudían al bar a tomarse algo mientras escuchaban el programa. Ya en M80, el programa explotó y el dúo llenaba pabellones de 15.000 personas sin despeinarse.

Cándida

"Todos ellos se reían, pero también se enteraban de todo lo que pasaba en el día a día", explica Cano. Algo más críptica era Cándida, la mujer que limpiaba en la casa de los padres de Guillermo Fesser y, posteriormente, en las oficinas del dúo, a la que reclutaron primero para hacer entrevistas y luego como crítica de cine. Recuerda Cano que su primera película fue 'Titanic': "No pronunció la palabra barco en ningún momento y no contaba nada de lo que pasaba, sino lo limpios que estaban los suelos o el brillo que tenía una cubertería que, como mínimo, tenía que ser de plata", cuenta imitándola. La sección fue tal éxito que Cándida se convirtió en un personaje más del mundo cinematográfico, acudiendo a ruedas de prensa, estrenos y llegando a protagonizar una película, dirigida por el propio Guillermo Fesser.

"Tenía una cosa que conectaba con el público y es que les gustaban las mismas películas que a la gente, y no esa cinta en blanco y negro que ha dirigido un yugoslavo y que va sobre un señor cojo que lo pasa muy mal", argumenta Fesser, que también recuerda cómo cambiaba los nombres de películas y actrices: desde Tom Tony 2, por 'Toy Story 2, hasta Pérez López Cruz, por Penélope Cruz. A su juicio, Cándida además "representa a esa generación de mujeres a los que no les hemos dado las gracias lo suficiente y a las que debemos haber pasado de la España del blanco y negro a la del color, mujeres que renunciaron a su vida para las nuevas generaciones tuvieran una".

Además de Cándida, a la que se rendirá un sentido homenaje, por el espacio desfilarán personajes como Brianeitor, Vicente del Bosque, el chef Jose Andres, Eva Navarro y Luis Zahera y artistas como Rozalén o José Mercé cantarán algunos de los jingles del mítico espacio. Por estar, estuvo hasta Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, que en breve dejará el cargo tras ser elegida como la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). "Estuvo muy distendida, dándole abrazos a Cándida, demostrando que se puede ser un ser humano serio y responsable sin olvidar la parte de mono que tenemos", indica Fesser. Los espectadores no oirán, eso sí, cantar a Juan Luis Cano, que grabó una actuación que se ha quedado fuera del montaje final, algo por lo que guarda "un poquito de rencor", bromea.

No hay, sin embargo, intención de volver a reflotar 'Gomaespuma', ni siquiera como un programa semanal. "Esto a Juan Luis le puede venir fenomenal para relanzarlo, aunque cada vez es más difícil relanzarlo", dice entre risas Fesser, que asegura que el objetivo "no es hacer algo continuado. Estamos en otra etapa. Este especial nos ha costado mucho esfuerzo y lo hemos hecho porque era muy divertido y porque ayuda a la Fundación Gomaespuma. Si funciona y dentro de unos años hacemos otro pues bien, pero no hay más".

Y aunque están convencidos de que con redes sociales el programa aún hubiera tenido más éxito, Fesser cree que hacer radio antes tenía una gran ventaja: "Ahora en realidad hay siempre dos o tres cámaras y los locutores están siempre enchufados y a ti te llegan los cortes en Tik Tok. Al no existir eso antes, Gomaespuma hacía uso de la sugerencia y la sugestión». Cano lo corrobora: "Era radio pensada para la radio donde se podía utilizar la imaginación. Entrevistabas a un actor que acababa de dar vida a Cyrano de Bergerac y podías charlar con él como si caminaras por París. Ahora la radio ha perdido el sentido del espectáculo".

Los límites del humor

Con respecto a los manidos límites del humor, Cano lo tiene claro. "La gente que hace humor tiene que evolucionar al mismo tiempo que la sociedad. Nosotros en Gomaespuma hacíamos cosas que ahora mismo no las haríamos porque también hemos evolucionado", dice. Constata también un "aumento de la crispación", provocada a su juicio "desde la política, que en muchos casos no se ve en la calle". En este sentido, pide a los medios de comunicación que no contribuyan a ello.

Por su parte, Fesser asegura que tan importante como hablar es escuchar y que esta última capacidad "ha disminuido" y por ende "la capacidad de entendernos".

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