Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

En la muerte de Carlos Tena

Tres momentos que resumen, en cierto modo, la dimensión humana y profesional del locutor musical más televisivo y polémico de la historia de la tele en España, entre ellos la entrevista que le hice en Heraldo en 1979

Carlos Tena con Mercedes Milá, en 1983
Carlos Tena con Mercedes Milá, en 1983
RTVE

El pasado día 14 se conoció la noticia de la muerte de Carlos Tena, uno de los grandes del mundo musical televisivo y radiofónico. Sí es cierto que yo no lo tenía en mi devocionario debido a la superficialidad de sus presentaciones en los contenidos, si bien es cierto que, como asumió muy bien su papel de ‘agitprop’ y de tipo desenfadado, de un humor histriónico e ingenioso, con buena voz, verbo ágil y excelente dicción, compensaba estas flaquezas, hasta el punto de erigirse en el presentador musical más televisivo de la historia de la tele. Popgrama, entre los años 77 y 81, fue su espacio estrella, pero luego llegaron otros como Caja de Ritmos que le costó la salida de TVE por un tiempo debido al escándalo de las Vulpes, al emitir su canción Me gusta ser una zorra y el revuelo que se armó en la prensa, incendiada por Luis María Ansón desde el diario ABC.

Revolviendo en mi memoria, recuerdo que lo entrevisté cuando el equipo de Popgrama vino a Zaragoza, a principios del año 1979, al colegio mayor La Salle, en San Juan de la Cruz, a rodar un capítulo entero dedicado a la música aragonesa y allí hablé con él. No tuvo pelos en la lengua. Militante del PCE y comunista de pura cepa, cuando el comunismo parecía la ideología salvadora del mundo, no se cortó ni un segundo a la hora de analizar la situación de la radio y la TV en aquel momento en España, como tampoco se cortó años después en una excelente entrevista que, en 1983, le hizo Mercedes Milá en TVE. Más tarde, me sorprendió mucho la entrevista que le hizo a Bunbury en Cuba, donde Tena estaba instalado como corresponsal de Cuba Información. Traigo a colación estos tres momentos que creo, en cierto modo, dan una dimensión humana y profesional de este gran comunicador, tan querido como criticado, que es lo que suele ocurrir cuando alguien se sale del redil de lo políticamente correcto y de las buenas costumbres.

Aquí la entrevista y su transcripción. Después, los vídeos de Mercedes Milá y el reportaje-entrevista cubana con Bunbury.

Página Heraldo de Discos con la entrevista a Carlos Tena, en 1979
Página Heraldo de Discos con la entrevista a Carlos Tena, en 1979
Archivo Heraldo

El pasado miércoles, «Pop-Grama» ofreció las primeras imágenes grabadas aquí a principios de mes con Puturrú de Fuá, Labordeta, Chicotén, Mickey Mouse y Pedro Botero. Hasta Zaragoza se desplazaron tres de los presentadores de «Pop-Grama», entre ellos Carlos Tena, con quien mantuvimos una entrevista en la que la radio fue el tema principal de conversación.

Carlos Tena empezó en la radio el año 62 en Burgos, para pasar después a Radio Peninsular y luego a Radio Nacional. Desde aquí pasaría a TVE donde actual mente presenta «Pop-Grama» junto a Diego A. Manrique, Angel Casas y Paco de la Fuente.

—Los comienzos en general son bastante malos —nos explica Carlos—, porque tienes que luchar con gente no competente, que no tiene ni idea de música ligera. Simplemente te dan un programa porque otras personas han dicho que si, que sabes mucho y eres muy bueno, pero no por convicción o preparación de quien manda.

— Con lo cual el desánimo puede llegar en seguida...

—Sí, pero hay que luchar mucho y no desanimarte cuando las cosas vayan mal. A mí concretamente me han censurado tres veces y en la radio me han suspendido un año de programas, pero si con esto vas a perder toda ilusión y no lo sigues intentando, seguro que vas a pique.

—Sin embargo, «Para vosotros, jóvenes» desapareció de Radio Nacional...

—Con «Para vosotros, jóvenes» fue curioso, porque me dieron dos premios nacionales y justamente después me lo quitaron. Desapareció porque entraron los fascistas, que «no aguantaban un nido de drogadictos y rojos»... Sí, sí, así te lo definen. Todavía hay muchos fascistas en Radio Nacional; en TV hay algunos. Realmente no es que sean fascistas, sino que tienen mentalidad fascista. Actúan por órdenes, no discuten nunca, no hacen reuniones de programas, no hay cambios de opiniones, no hay nada... ¡Menuda basca!

—Últimamente parece que te interesa la música clásica, ¿no?

—Supongo que lo dirás por lo de «Clásicos populares». Yo de crio escuchaba mucha música clásica, no porque me entusiasmara en aquella época, sino porque éramos trece hermanos, cada uno con sus preferencias, y mi padre, que era el dueño del tocadiscos y sólo ponía música clásica. Ahora lo que he hecho es ser justo con ella y reconocer lo grande que es. Por otra parte, Fernando Argenta y yo hemos pretendido dar el habitual toque «cachondo» a una música tan seria para atraer, posiblemente, a mayor cantidad de público joven.

—Que fue lo que hicisteis en Madrid con aquello que llamabais «Barrock», ¿no?

—Si, nosotros hicimos en Madrid una experiencia en un colegio mayor que llamamos «Barrock», en la que mezclábamos el rock con Vivaldi, Bach y compañía. La bronca fue divina, porque la gente aplaudía un solo de clave como un solo de guitarra. En fin, el programa recibió en Montecarlo la Rosa de Oro; en Radio Nacional no nos dijeron ni mu.

—¿Cuál es la situación actual de la radio en Madrid?

—Mal. En cadenas comerciales, para que entres en la radio, vengas de la escuela o entres por recomendación, debes hacer programas comerciales, tipo «Los 40 principales». Las FM están bien, pero la gente que ahí trabaja no vive de la radio. Tampoco hay una claridad total, porque, por ejemplo, en Radio España, al lado del programa fabuloso del doctor Champú, se han inventado una cosa que se llama «Los peleones», una lista tipo «Los principales» que se radia durante dos horas mañana, tarde y noche. Con estos cambios tan bruscos la gente no sabe por dónde van los tiros. Las FM estarán bien cuando la gente que está en el ministerio conceda programas a la gente joven con ideas y sin dependencia económica de ningún tipo de entidad comercial.

—Esta es otra cuestión: «las dependencias»...

— iUff! No te lo puedes ni imaginar la mafia que hay. Radio Madrid está controlada por el señor Fontán, los Garrigues Walker y dos o tres familias más que hacen de ella justamente lo que les conviene. Radio Nacional está en manos, todavía, del señor Adolfo Suárez, que es quien manda y deshace. Radio España es de un consejo de administración que tiene capital del Opus, del Banco Atlántico, Rumasa..., Radio Intercontinental es de Serrano Súñer, Radio Popular es de los curas... En fin, no hay ninguna que realmente sea independiente o no partidista.

—¿Cómo surgió la idea de «Pop-Grama»?

—La idea se le ocurrió a Paco Soriano, que propuso un programa pop en la segunda cadena, puesto que en la primera y otras la experiencia de «Mundo Pop» era imposible. Hacer el programa en la segunda cadena era marginarte, pero al mismo tiempo te daba más libertad. Nos dieron hora y media y comenzamos a presentarlo Paco de la Fuente, por su imagen de chico formal, Montserrat Doménech, que era la única chica que en ese momento sabía algo, casi nada, de música; Ramón Trecet, como el hombre especializado en lo americano; Angel Casas, para tocar la parcela catalana; Diego Manrique, como el IBM absoluto; Moncho Alpuente, como el gran «macarra», y yo, como el elemento «cachondo» para animar al personal.

—Pero en seguida os quedasteis en la mitad..,

—Bueno, salieron de programa Montserrat, porqué sólo se preocupaba de su físico; Trecet, que a raíz de una censura dijo que si no se cumplía lo que él decía se iba, y Moncho, que lo echamos nosotros por vago, ya que de 24 programas apareció en nueve y cobraba sus 100.000 pesetas al mes.

—¿Hay nubarrones que entorpezcan «Pop-Grama» o por el contrario va a haber continuidad?

—No, no, por lo menos todo este año 79 va a estar en antena.

—¿Qué te ha parecido el panorama musical de Zaragoza?

—Bueno. Yo ya conocía a Chicotén, a Labordeta, que realmen¬te me emociona, y a los Puturru de Fuá, a los que he visto grabar recientemente por Madrid. Con Mickey Mouse me he llevado una tremenda sorpresa y a los Pedro Botero sólo los pude ver en los ensayos, donde parece que sonaron mejor que en la actuación; de todas formas, no los veo todavía muy hechos.

—Y a nivel general, en España, ¿cómo están las cosas?

—Francamente muy bien. El problema es el de siempre: las casas de discos y los que las manejan. Aunque hay pequeños sellos que están funcionando muy bien. En Ariola estaba, por templo, Pauta, que lo llevaba Charo García; en Zafiro, el sello Chapa, de Vicente Romero, y ahora lo de la Gimbarda; el sello Gong, de Gonzalo García Pelayo, también está muy bien, y, en fin, ahora están montando otro pequeño sello en CBS, donde estará también Garcia Pelayo. Todas estas labores tendrían que estar muy apoyadas por las casas, ya que con el tiempo las van a poder exportar, mientras que es triste que aquí tengamos que seguir aplaudiendo como locos a grupos extranjeros, a los que más de uno, ciertos grupos españoles les dan cien mil vueltas, tal es el caso de Camel que es una m... Yo estoy convencido de que Iceberg los voltea. O el caso de Boston, grupo que como él hay cientos y en el fondo lo único que hay es un montaje publicitario monstruoso y un capital detrás de ellos ilógico. La gente tiene que empezar a discernir entre un buen grupo y una mediocridad.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión