El déficit de la campaña supera todos los veranos los 7 millones de euros

Los gastos de mantenimiento de los centros
superan los 8,7 millones, mientras que los ingresos por las entradas vendidas apenas alcanzan los 1,6.

Piscinas de Zaragoza
Piscinas de Zaragoza
DARIO PÉREZ

Las cuentas no salen, nunca han salido, pero el Ayuntamiento considera que las piscinas son un servicio público para muchos zaragozanos que no pueden salir de vacaciones, así que asume de antemano un déficit que temporada tras temporada supera los 7 millones de euros. Las cifras del año pasado –una campaña lastrada por el mal tiempo– son elocuentes: para abrir y gestionar los 22 centros municipales se invirtieron 8,7 millones de euros, mientras que los ingresos fueron de 1,6 millones. Para que el coste del servicio cubriera los gastos, cada entrada de los usuarios tendría que costar casi 10 euros, cuando su precio actual es de 3,6. Además, hay que tener en cuenta que muchos de los abonos que se venden, el 43%, se despachan a precio reducido para familias con rentas bajas o personas con minusvalías.


Los técnicos del área de Deportes reconocen que el de Zaragoza es «un modelo caro» porque la red de piscinas «está muy extendida por todo el territorio», mientras que en otras ciudades españolas se ha optado por abrir menos instalaciones deportivas, aunque más grandes, y muy alejadas entre sí. El concejal Roberto Fernández recuerda que en Zaragoza existe una piscina pública por cada 5.626 ciudadanos, un ratio muy superior al que recomienda el Consejo Superior de Deportes: una por cada 27.679 habitantes. Esta es la ventaja y, a la vez, el lastre de la capital aragonesa, cuya extensa red de centros deportivos municipales genera un déficit anual que rara vez baja de los 7 millones de euros. En 2012, para ahorrar cerca de 400.000 euros, la temporada se recortó en días y en horarios y, desde entonces, se ha mantenido la medida: se abre una semana más tarde y a las 11.00 en lugar de a las 10.30.


Respecto al cierre de la temporada, en los primeros días de septiembre suele haber polémica porque muchos usuarios reclaman que, con los niños aún de vacaciones, se prolongue al menos una semana más. No obstante, el Consistorio es reacio porque el coste por semana de apertura asciende a 430.000 euros y en septiembre no hay demanda suficiente que lo justifique.