Verano

Zaragoza comienza a revivir

Tras la semana más tranquila del año para la capital aragonesa, la ciudad comienza a despertar del letargo impuesto por el intenso calor y las vacaciones estivales.

Vuelve el movimiento a la ciudad
Vuelve el movimiento a la ciudad
A.A.C

Zaragoza empieza a despertar. Se acerca el mes de septiembre, época de vuelta al trabajo y al cole, y la ciudad comienza a recobrar su ritmo habitual.


Después de la semana más tranquila del año para la capital, en la que los aragoneses aprovecharon el puente de la Virgen para viajar y descansar del ambiente más urbano; el ruido, el tráfico y la gente vuelve a sentirse en el centro zaragozano.


Aunque muchos todavía continúan disfrutando de sus vacaciones, otros han vuelto ya para reincorporarse a la rutina diaria. Estudiantes que aprovechan las últimas semanas del mes para preparar los exámenes de septiembre se unen a los trabajadores que han terminado su descanso. 


Mientras que en semanas anteriores el tráfico era reducido, desde este lunes se nota el aumento en la densidad de vehículos al atravesar la plaza de Paraíso. También autobuses y tranvía comienzan a recuperar a los viajeros habituales tras al vacío de días atrás. El aparcar cerca del destino deja de ser una tarea tan fácil como lo era a mediados de agosto.


En varios establecimientos de Gran Vía reconocen que se empieza a notar el cambio. "Vuelven las caras conocidas que llevaban un mes desaparecidas", explica el dueño de un bar de la zona. "Pero aún tenemos muchas horas de brazos cruzados, hasta el mes que viene no se notará de verdad", añade.


También la tregua que está dando el intenso calor esta semana invita a pasear por la calles céntricas y tomar algo para aquellos que no pueden o no quieren abandonar la ciudad. "Aprovechamos que hace menos calor y todavía se está tranquilo para dar una vuelta", comenta una familia en Independencia.


La vuelta a la normalidad no será completa hasta principios de septiembre, por ahora todavía se puede disfrutar de calles tranquilas, transportes sin aglomeraciones y compras relajadas. En dos semanas la capital terminará su lento despertar y la rutina tendrá que vencer al sueño veraniego.