Universidad de Zaragoza

Quejas en la UZ por la selección del profesorado no permanente

La Oficina de la Defensora de la Institución universitaria ha atendido desde el inicio de curso académico un total de 125 solicitudes de actuación.

La Universidad de Zaragoza percibe entre sus estudiantes una "gran preocupación" por las dificultades económicas a las que se deben enfrentar para acabar sus estudios, así como por su futuro laboral una vez obtenida su titulación.


Así se refleja en un informe elaborado por la Oficina de la Defensora de la Institución universitaria aragonesa, que ha atendido desde el inicio del actual curso académico un total de 125 solicitudes de actuación.


Según informa la Universidad en un comunicado, en su valoración global de la actual situación de la institución, la responsable de la oficina, María José Rabanaque, ve preocupación en el alumnado pero también entre el personal docente e investigador no permanente debido a las dificultades para lograr estabilidad laboral y la falta de perspectivas de futuro.


También percibe preocupación entre el personal de administración de la institución debido a la falta de perspectivas para promocionarse a nivel interno y a un "enrarecimiento" del ambiente laboral en algunos de los servicios.


Respecto a las quejas presentadas, destacan las relacionadas con la selección de profesorado no permanente y con la elección de docencia, así como problemas de ambiente laboral y desacuerdos con las convocatorias de plazas del personal de administración y servicios.


La Oficina de la Defensora considera, además, "relevantes" el incremento de las quejas de alumnos respecto a la docencia impartida y, en contrapartida, las presentadas por los profesores afectados respecto a los escritos presentados por estos estudiantes.


Para Rabanaque, las razones que han contribuido a que se incremente este tipo de conflictos están relacionadas con la crisis económica y su impacto en el núcleo familiar.


"Sobre todo -subraya a renglón seguido- en lo referente al aumento del precio de segundas y sucesivas matrículas, y con las normas de permanencia en los grados, en los que los alumnos consumen convocatorias aunque no se presenten a los exámenes".


A juicio de la Defensora de la Universidad de Zaragoza, estos hechos hacen que los estudiantes sean menos "tolerantes" con las tasas elevadas de suspensos, "especialmente cuando consideran que la calidad de la docencia no es la adecuada, o cuando la relación con el profesor no es bien valorada por el alumnado".


Otro motivo de queja han sido las denegaciones de becas, que han venido a dificultar la continuidad de los estudiantes universitarios con problemas económicos, sostiene Rabanaque en su informe.


Añade a este respecto que a su oficina han llegado alumnos "a lo que les resulta difícil seguir estudiando porque no pueden seguir pagando la matrícula o porque tienen que buscar trabajo para ayudar al núcleo familiar".


Argumenta, además, que aunque la Institución universitaria dispone de ayudas para este tipo de "situaciones sobrevenidas", resulta "imposible" para la universidad paliar este problema por sí misma.


La Defensora Universitaria argumenta que en el último año se han producido dos circunstancias que han ocasionado "graves" consecuencias para el acceso y la continuidad en las carreras académicas de los estudiantes, como son la ley de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo y el endurecimiento de las condiciones de acceso a las becas.