Junto a Casa Solans

Un solar en desuso se convierte en parquin improvisado

La superficie, que supera, según estimaciones vecinales, los 2.000 metros cuadrados, ?da muy mala imagen al entorno?.

Aparcamiento para vehículos y furgonetas e incluso, en ocasiones, un taller improvisado en el que cambiar el aceite o reponer el anticongelante del coche. Esto es en lo que se ha convertido un gran solar ubicado entre las avenidas de Cataluña y Puente del Pilar, justo en la parte trasera de la Casa Solans.


Esta superficie, que supera los 2.000 metros cuadrados, es de propiedad privada y forma parte del proyecto de más de 40 solares que hace unos meses presentamos al Ayuntamiento con el fin de encontrar soluciones para darles un determinado uso”, comenta Raúl Gascón, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Jesús.


Y es que, precisamente, una parte de este solar fue vallada hace algún tiempo después de que un vecino particular presentara una denuncia al Consistorio. “Las vallas ya han desaparecido. Lo que nosotros queremos es que este espacio se adecente, porque cuando llueve todo se encharca y el desnivel en según qué zonas es considerable.


Eso sí, nos gustaría que continuara destinándose a aparcamientos, ya que es precisamente de espacios para estacionamientos de lo que carecemos en el barrio”, dice el presidente del colectivo vecinal. “La única solución, en principio, es mediar, junto con el Ayuntamiento, con el propietario del terreno para llegar a algún tipo de acuerdo”, comenta Gascón.


Un objetivo que también desean los vecinos del entorno y que así lo ha transmitido alguno de ellos no solo a la asociación vecinal, colectivo al que piden soluciones, sino también a través de www.heraldo.es. “El estado en el que se encuentra este solar es increíble. Hay basura en cualquier rincón. He visto incluso a gente bajar de sus coches y tirar bolsas de basura ahí mismo”, asegura María Mayoral, que reside en la zona.


Es una auténtica pena la mala imagen que da no solo este sino el resto de solares abandonados en este barrio. Este en concreto, con la Casa Solans al lado, no debería estar así. Alguien debe hacerse responsable de su cuidado, independientemente de quién sea propiedad”, apunta Gloria Martín, que también reside en el barrio.


“Aquí ya todo el mundo lo conoce como el descampado. Cualquiera puede venir y dejar el coche, sabiendo que no le multarán. No sé lo que costará echar una capa de asfalto, pero sería una solución momentánea, a no ser que lo quieran utilizar para otra cosa”, opina Pedro Gómez, vecino del Paseo de Longares. Una situación que desde la asociación vecinal “esperan pueda solucionarse a corto plazo”.