Indignación por una riada que deja más de mil evacuados y 20.000 hectáreas anegadas

Los municipios de Pradilla y Boquiñeni fueron desalojados este sábado entre críticas a la CHE y al Gobierno de Aragón. Se espera que la cresta de la crecida llegue este lunes a la capital aragonesa.

El Ebro, desbordado a su paso por Boquiñeni y Pradilla
Indignación por una riada que deja más de mil evacuados y 20.000 hectáreas anegadas
Envuelo

Más de un millar de personas, vecinas de las localidades ribereñas de Boquiñeni, Pradilla y Alfajarín, tuvieron que dejar a lo largo de este sábado sus casas ante la crecida del nivel del río Ebro. Además, las aguas han provocado cuantiosos daños en infraestructuras y UAGA-COAG estima que unas 20.000 hectáreas han quedado anegadas. Está previsto que la punta de la crecida llegue este lunes a la capital aragonesa.


La primera localidad que tuvo que ser desalojada durante la jornada del sábado fue Pradilla, a primera hora de la mañana. La localidad tiene alrededor de 600 habitantes censados, pero este sábado solo se marcharon las personas mayores, los niños y las mujeres. La altura del río llegó a superar los ocho metros a su paso por esta localidad.


La teniente de alcalde de Pradilla, Inmaculada Carcas, comentaba este sábado que el Ebro se ha comportado durante esta avenida de forma "muy rara", ya que el caudal que lleva es el mismo que en la de 2007 y, sin embargo, el nivel es mucho más alto y los daños han sido mayores e "históricos".


El río "ha arrasado todas las motas de contención de las huertas y ha inundado todo", dijo Carcas, que este sábado afrontó su segunda noche en vilo, con la mirada puesta en el río. La teniente de alcalde es una de las personas que decidió no abandonar el pueblo, junto a la mayoría de los hombres de la localidad. "Estamos, resignados, enfados y cabreados", lamentó la representante municipal.

Situación “preocupante”

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro, se desplazó hasta la ribera alta y afirmó que en Pradilla se actuó con "la máxima rapidez". De Pedro fue increpado por algunos vecinos, que le transmitieron su inquietud porque las previsiones del organismo de cuenca no se correspondían con la realidad: el río aumentaba de nivel más rápido de lo que decían los datos.


De Pedro, advirtió que la situación era "preocupante" en la cuenca, pero que desde el organismo se confiaba en el aguante de las motas. Hasta la ribera alta también se desplazó la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, el consejero Antonio Suárez y el delegado del Gobierno en la Comunidad, Gustavo Alcalde, así como el presidente de la DPZ, Luis María Beamonte.

Desalojo forzoso de Boquiñeni

Por la mañana también fue activado el plan de desalojo total de Boquiñeni pero el nivel de alerta se rebajó y solo 157 personas se vieron obligadas a dejar sus casas. La decisión de la evacuación forzosa de todos los vecinos (cerca de 1.000) se tomó en torno a las 14.30 y la operación (en la que participaron Protección Civil, Cruz Roja, trabajadores sociales de la zona, psicólogos y la Guardia Civil, entre otros) se completó en torno a las 17.00.


"Es la más gorda que recuerda la gente del lugar", valoró el alcalde de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán, quien habló de riada "histórica". “El agua del Ebro nunca había entrado por el norte del pueblo hasta hoy. Era impensable que ocurriera esto", afirmó.


Unos 150 vecinos de Boquiñeni fueron alojados en el polideportivo de la cercana localidad de Luceni, donde estuvieron asistidos por efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que dispuso en el recinto colchones y se prestó a facilitar a los afectados todo lo que necesitaran.


El resto de habitantes de Boquiñeni han pasado la noche en casas de familiares y algunas personas mayores de la localidad fueron trasladadas hasta la residencia que el IASS tiene en Alagón.


Tras el desalojo, el pueblo ribereño quedó aislado, ya que el Gobierno de Aragón tomó la decisión de romper la carretera que lo une con Luceni para dar salida al agua que se estaba acumulando en sus inmediaciones para evitar que el agua llegara al núcleo urbano.


En el caso de Alfajarín se vieron afectados los 30 vecinos de la urbanización Casas de los Huertos, que tuvieron que abandonar sus casas.

Más de 20.000 hectáreas de cultivo afectadas

Además de desalojos forzosos y daños en infraestructuras, como la citada carretera que habrá que reparar más adelante, la crecida del río también ha provocado daños en tierras de cultivo. El presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA-COAG), José Manuel Penella, transmitió este sábado que aunque aún era difícil cuantificar las hectáreas anegadas, las previsiones de la organización se situaban en torno a las 20.000 hectáreas. estima que la riada del Ebro podría haber anegado 20.000 hectáreas, según las primeras estimaciones y a la espera de que la cresta llegue a Zaragoza y a otras poblaciones aguas abajo.


De convertirse en realidad estas cifras, supondrían más del doble de terreno afectado que en la avenida de 2013, cuando fueron 12.000 las hectáreas anegadas.


Los cultivos más afectados son los cereales de invierno y alfalfa. Los primeros será complicado que salven la campaña, pero la alfalfa podría salvarse si se evacúa rápido el agua, dijo la organización agraria, que añadió que algunos campos de hortalizas también habían quedado inundados. principalmente cereales de invierno que será muy difícil que no se pierdan tras cuatro avenidas seguidas, y alfalfa, que está en parada invernal y podría salvarse de la asfixia radicular si se evacúa el agua pronto y gracias a las bajas temperaturas, además de hortalizas, minoritarias pero las más dañadas.

La punta de la crecida llega a la capital aragonesa el lunes

La punta de crecida del río está previsto que llegue el lunes a Zaragoza con un caudal, a falta de concretar, de unos 2.200 metros cúbicos por segundo aproximadamente.


Para hacerse una idea de la magnitud de la riada, el mes pasado en Zaragoza el río Ebro pasaba con 229 metros cúbicos de media por segundo de caudal y con una altura media de 1,40 metros.