Los acusados de asesinar al Manitas niegan que le dieran un tiro en la cabeza

Ocho vallisoletanos, miembros de un clan de mercheros, se sentaron ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza acusados de haber asesinado a Alberto Díaz Marín, conocido como 'El Manitas', cuyo cadáver fue encontrado en mayo de 2006 en una acequia de Garrapinillos, dos meses después de haber sido tiroteado. El cuerpo, que estaba en avanzado estado de descomposición, presentaba un orificio de bala en el cráneo y un importante destrozo en una pierna, producto de otro disparo, según determinaron los forenses.

Según la fiscalía, el crimen se cometió el 29 de marzo de ese año. Ese día se desplazaron hasta Zaragoza los acusados Francisco Javier Arias Mata, Rubén Moral San José y sus respectivas mujeres, las hermanas Gemma y Mónica Arroyo Nieto. Todos actuaban por orden del padre de estas últimas y también acusado, Francisco Arroyo Sánchez.

Siempre según la acusación fiscal, el motivo de su visita fue apoderarse del dinero -unos 200 millones de pesetas- que supuestamente tenía escondidos en su casa Alberto Díaz, un zaragozano que había cumplido prisión por tráfico de drogas. Con el grupo también llegó Fernando Ariel Ávila, a quien se considera el sicario del grupo y quien efectuó los disparos que acabaron con la vida del Manitas.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que, sobre las 21.00 del 29 de marzo, estas personas, abordaron a Alberto Díaz cuando iba a su casa, en la calle de Marte, lo retuvieron contra su voluntad y le conminaron a que les dijese dónde tenía el dinero. Alrededor de la 1.45 y como no lograron su propósito, tras buscar en ese domicilio, parte del grupo se fue a la calle Viñuales, de Pinseque, donde registraron otra casa del finado. Al no encontrar nada, Fernando Ariel -según el fiscal- disparó en la pierna izquierda a Alberto Díaz y, mientras estaba de rodillas, le pegó un tiro en la nuca en presencia de las dos parejas y de un tercero, apodado 'El Vaqui', que no ha sido localizado. Luego se deshicieron de su cadáver arrojándolo a la acequia de San Juan, cerca de Pinseque pero ya en el término de Garrapinillos.

Todos los acusados -entre los que también se encuentran Yurley Galdeano, compañera de Ariel, y Ángel David Mato Requejo, ambos acusados de tenencia ilícita de armas- negaron cualquier relación con el suceso. Todos, salvo Francisco José Arias y Fernando Ariel, se negaron a responder a las preguntas de la fiscal y de la acusación particular. La primera solicita penas que suman 217 años mientras que la segunda, ejercida por Cristina Ruiz-Galbe, las eleva a 250 años. Ambas entienden que hay pruebas -como el dinero, joyas y armas que fueron halladas en casa de los acusados- y escuchas telefónicas.

Por su parte, los defensores, Olga Oseira, Pedro Pascual, Mauricio Izquierdo y Marcos García Montes, piden la absolución. Este último cuestionó la validez de las escuchas.