toros

Solo para los muy amantes del toreo

Festejo solo para los muy entendidos, no para los visitantes ocasionales

Florentino Marín Parra, con Paco Vallejo.
Florentino Marín Parra, con Paco Vallejo.
Javier Belver

En el día de la Ofrenda a la Virgen, el interés en Zaragoza no suele estar centrado en la plaza de toros. Y eso que el cartel de ayer no era de los peores del ciclo pilarista. ‘Estamos hartos, desahucio ya’, se podía leer en una pancarta negra. Significado semejante al de una banderilla del mismo color. El personal anda mosqueado en una feria que no acaba de arrancar. Y eso que ayer comparecía el último alarido del toreo, Borja Jiménez, el matador acunado por Espartaco que venía de echar abajo la puerta grande de Las Ventas. Fue con Victorinos... Los Palha son diferentes. Menos manejables y tal. El cartel, dicho está, no era de lo peorcito. Bastante más torista y torerista (no es sencilla esa mixtura) que comercial. Ahí reside el problema, su escaso carácter comercial. Porque los Palha son toros de verdad, y los toreros de ayer no sabían mentir. Conceder alguna oreja tampoco vendría mal. Sobre todo, si es de ley, como la de ayer de Borja Jiménez en el tercero. A Ezquerra le gusta la seriedad, pero ayer se columpió.

Y dicho esto, hay que subrayar que sí, que Zaragoza merece más, mucho más. Que, lamentablemente, la Feria de San Miguel de Sevilla y la de Otoño de Madrid nos han mojado la oreja. Ciertamente, los taurinos de verdad sufren en la capital aragonesa, pero también todo sería mucho más sencillo con otro canon. Desde luego, con medio kilo de vellón se pueden traer mucho mejores toreros. Y toros... Toreros y toros como siempre los tuvo el serial pilarista.

La entrada de ayer no fue sino la consecuencia del escaso carácter comercial del cartel. Ojo: no era mal cartel para el profundo conocedor de la materia, pero no decía absolutamente nada al aficionado profano u ocasional. Y el glamur en barrera suele ser directamente proporcional al rango comercial del cartel. O sea, hoy no citaremos y gentes que van a que les vean, sino que van porque aman el toreo.

En el burladero, Florentino Marín Parra, nuevo jefe superior de Policía en Aragón. A su lado, el matador retirado Paco Vallejo, uno de los mejores conocedores del mundo del toro en Aragón. Alternativa en 1990 en su patria chica, Tarazona, con el Soro de padrino y Rafi Camino de testigo. Aprendió mucho en el ruedo. Y más cuando se escapó de capa a hacer la tapia en los tentadores de Salamanca con 12 añitos. Máster de la Vida que no se estudia en la universidad y que luego aplicó a la empresa. Vallejo chanela muchísimo...

Más arriba, el más grande de esta tierra, Raúl Aranda, el único aragonés acartelado en la Beneficencia, y para rato... Comió con Curro Vázquez y Juan García Latas. Y después, a ver a Borja Jiménez. Le gustó... En el 8, Jorge Isiegas con Juan García Forcén. En el 2, Emilio Peña, propietario de El Burladero, nuevo local de referencia del toro en Zaragoza. Peña ama la tauromaquia. Tanto que celebró la boda hace unos meses ¡en el coso de la Misericordia!

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