ZARAGOZA

El plan de riberas olvida recuperar algunos tramos del Huerva a su paso por la ciudad

El cauce a la altura del puente del Emperador Augusto y Gran Vía acumula basura y desperdicios. Los vecinos del entorno se quejan de la insalubridad de algunos puntos y de la aparición de ratas.

Más de 40 kilómetros de riberas lucen desde hace unas semanas una imagen totalmente renovada, pero los deberes no están totalmente hechos. En pleno corazón de Zaragoza, todavía existen varios tramos pendientes de su recuperación, donde es imposible el tránsito de las personas, y la basura y las ratas campan a sus anchas. Estas son las riberas "pobres", a las que el efecto Exposición Internacional no ha llegado.


Uno de los casos más llamativo es el río Huerva. Los turistas que vengan a visitar la Expo recorrerán seguro el centro de la capital aragonesa y en pleno paseo por la Gran Vía, San Juan de la Cruz o Juan Pablo Bonet (en el puente del Emperador Augusto -conocido popularmente como puente de los gitanos-) se encontrarán con un cauce muy deteriorado y muy lejos de la imagen idílica que ofrecen, sin embargo, otros tramos de las riberas.


Allí, los proyectos de las administraciones no han llegado, a pesar de que las asociaciones de vecinos de la zona en los plenos de distrito han reclamado en numerosas ocasiones su acondicionamiento. "Está lleno de suciedad y no es en absoluto accesible a los peatones. Nadie se atreve a bajar", comenta la presidenta de la Asociación de Vecinos Arcegoza, Paloma Espinosa. "Creo que ni siquiera las brigadas municipales se acercan a retirar la basura de esa zona", añade la representante vecinal.


Hace unos meses, en pleno debate sobre el trayecto del carril bici, los vecinos incluso plantearon la posibilidad de diseñar un trazado por esa zona, como impulso a su recuperación. "Pero nunca nos han hecho caso. Se nota que el efecto Expo no ha llegado al centro", añade Espinosa.


Tampoco está en mejor situación el río Huerva a su paso por el antiguo parque del Canódromo y las calles de Asalto y Aznar Molina o el paseo de la Mina. Es cierto que hace una década se invirtieron más de 80 millones de las antiguas pesetas en recuperar y mejorar el aspecto de ese tramo. De hecho, se creó un paseo peatonal y varios puentes que cruzan el cauce. Sin embargo, en estos momentos su situación deja mucho que desear.


El poco cuidado de la vegetación se une a la basura y la suciedad que se acumulan cerca del agua. En parte generada por decenas de jóvenes que aprovechan el poco tránsito peatonal para hacer botellones los fines de semana. Un domingo por la mañana, los restos de la fiesta se hacen notar y botellas vacías y vasos de plástico llegan incluso al cauce.


Pero a su paso por esa parte de la ciudad, el entorno del Huerva también deja un olor fétido debido, sobre todo, a la comida acumulada y podrida que algunos zaragozanos acercan a los gatos que han hecho del cauce su hogar. Un "aroma" que también atrae a cientos de ratas. Es frecuente ver desde el puente de Los Sitios, en el cruce entre Jorge Cocci y el Camino de las Torres, más de un rodeor pasear y buscar alimento sin ningún tipo de impedimento.


Precisamente, los residentes han pedido que al menos se intensifique la limpieza, para evitar que se produzca este tipo de situaciones insalubres en pleno casco urbano de la capital aragonesa.