La revancha de un camarero de Zaragoza: no sabían a quién le hacían el 'simpa'

Dos jóvenes se van sin pagar las cervezas y amenazando de muerte al hostelero y acaban detenidos por una grabación que entregó a la Policía y sirvió para imputarles un delito más grave.

Dispositivo especial de la Policía Nacional y Local en zonas de ocio del centro de Zaragoza.
Imagen de archivo de una intervención de la Policía Nacional y la Local en Zaragoza..
Daniel Marcos

No sabían a quién le hacían el ‘simpa’. Porque se ahorraron varias cervezas, pero la ronda al final les ha salido cara. Los protagonistas, dos jóvenes que este sábado, 27 de abril, acabaron en el calabozo por intentar jugársela al dueño de un bar del Casco Histórico de Zaragoza. A la hora de marcharse, le dijeron que no tenían dinero e incluso llegaron a amenazarle: “Soy de la mafia, mañana te voy a matar”, asegura el hostelero que le espetó uno. Así que este terminó llamando a la Policía, pero no solo para denunciar el impago sino un delito más grave.

Los hechos se produjeron sobre las 8.40 en un establecimiento de avenida de César Augusto. Era temprano, pero parece que S. M. L., de 24 años, y J. G. M., de 27, ya iban algo bebidos. Y tampoco pidieron café, sino uno una cerveza cada uno. El problema se produjo cuando estos jóvenes dijeron después que no iban a pagar y el responsable del local les preguntó por el motivo. En ese momento, uno de los individuos cogió un botellín de la barra y se encaró contra el hostelero de forma amenazante.

No llegaron a lanzarle la cerveza, pero los autores del ‘simpa’ se quitaron de encima al dueño del bar a base de amenazas, insultos y empujones. Lejos de amedrentarse, este llamó a la Policía Local, que no tardó en enviar una patrulla. Nada más llegar, la víctima contó a los agentes lo sucedido y les mostró las grabaciones de seguridad. Porque, según el denunciante, los fugados habían estado ofreciendo un “polvo blanco” que parecía cocaína a los clientes.

Una ametralladora tatuada en el cuello

Con la información recibida, los policías hicieron varias batidas por la zona para intentar localizar a estos jóvenes. En la esquina del Coso con la calle de Galo Ponte vieron a alguien cuya indumentaria y características coincidían con la de una de las personas que aparecían en las imágenes. Al acercarse, comprobaron que también llevaba el tatuaje de una ametralladora en el cuello, como el de la grabación, por lo que quisieron darle el alto. J. G. M. trató de marcharse e intentó zafarse de los agentes cuando iban a detenerlo, pero acabó en el calabozo.

A unos cuarenta metros del lugar donde se encontró al primer sospechoso apareció el segundo, S. M. L., quien también ofreció una fuerte resistencia activa durante el arresto. Hasta el punto de que uno de los policías sufrió algunas lesiones.

Durante el cacheo de J. G. M., se comprobó que este llevaba en el bolsillo un envoltorio de plástico con polvo blanco en su interior, razón por la que se le propuso para sanción. Pero como hicieron constar los funcionarios en el parte, este llegó a jactarse de que no le habían encontrado la bola de cocaína que supuestamente portaba y de la que al parecer logró desprenderse antes de ser engrilletado. Los dos detenidos fueron asistidos después por la letrada Marina Ons, quien pidió su puesta en libertad.

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