La degradación de Pignatelli y El Gancho, en el corazón de Zaragoza, persiste a pesar del plan especial

Los vecinos denuncian que hay suciedad, viviendas ocupadas y "narcopisos", lo que desluce la inversión municipal de seis millones en solares, reformas de calles e iluminación.

Mal estado en la zona de Zamoray y Pignatelli, en el corazón de Zaragoza.
Mal estado en la zona de Zamoray y Pignatelli, en el corazón de Zaragoza.
Oliver Duch

A cinco minutos del paseo de la Independencia, entre la plaza del Pilar y el edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, se ubica una de las zonas más degradadas de la ciudad. Su declive se agudizó cuando la Expo 2008 bajó el telón. El estallido de la burbuja inmobiliaria se cebó con Pignatelli y El Gancho, la zona del Casco que aspiraba a ser como Malasaña, un barrio 'cool', pero que cayó en desgracia y nunca se recuperó.  

No ven los vecinos mucha mejoría en la situación que atraviesan a pesar de que el Ayuntamiento tiene un plan que es "muy bonito sobre el papel". Reconocen que hay mejoras en la iluminación y en la calle Agustina de Aragón; que disponen de videovigilancia, aunque las imágenes, si no hay denuncia, no sirven para nada; y que se han comprado edificios y solares, aunque esté pendiente darles uso. Pero dicen que no les basta. Para enderezar la hoja de ruta proponen desde la plataforma Gancho-Pignatelli una comisión permanente trimestral que supervise, junto al Ayuntamiento, la ejecución del plan Zamoray-Pignatelli.

Las cifras constatan el trabajo realizado desde Urbanismo y el Ayuntamiento de Zaragoza para recuperar la zona. Figuran, entre las actuaciones más destacadas, la residencia en Pontoneros, de colaboración público-privada y 29 millones de inversión; la regeneración de la calle Agustina de Aragón (353.864 euros) y las ejecuciones subsidiarias, por valor de 775.000 euros, en Agustina de Aragón 26, Pignatelli 48, 67 y 78, Zamoray 8. 10 y 12, Cerezo 3 y 41 y Miguel de Ara 36. Con dos millones de euros se han comprado 13 propiedades (solares y edificados) en Miguel de Ara (38), Agustina de Aragón (7), Ramón Pignatelli (78 y 88), Mariano Cerezo (6), José Zamoray (8, 10 y 17), José María Forqué y Escopetería (1 y 3). Y se han expropiado 10 inmuebles y solares completos, con un coste de 1,8 millones, y se han iniciado, además, 19 expedientes. 

Las expropiaciones están al 100% en Agustina de Aragón 6, donde el edificio ya está desocupado; Ramón Pignatelli 67, que sigue ocupado; Agustina de Aragón 29 y Ramón Pignatelli 76, donde el edificio sigue ocupado y se completó un 77% de la primera expropiación y hay un 22,7% de la segunda. En el inmueble de Agustina de Aragón 26 alcanza un 12% y está edificado y tabicado. Se trabaja, además, en Agustina de Aragón 20, 22-24, Ramón Pignatelli 43 y 48 y en Miguel de Ara 34. 

Zaragoza Vivienda redacta, contrata y ejecuta proyectos para viviendas públicas de alquiler con una partida asignada de un millón de euros. Ya están terminadas cinco ubicadas en Zamoray 14-16 y hay viviendas proyectadas en Pignatelli 78. 

Sí se nota una mejoría clara en iluminación. La inversión de medio millón de euros ha permitido instalar 596 luminarias LED que permiten ahorrar un 77,5% de energía, aportan más confort visual y, lo más importante, una mayor seguridad. 

La situación de Zamoray-Pignatelli se debatió este lunes en la comisión municipal de Urbanismo. El concejal del área, Víctor Serrano, defendió que se están ejecutando "actuaciones tácticas" y ha recordado que se contó con los vecinos para diseñar el plan. "Se está trabajando y los esfuerzos para recuperar la zona no son pocos. Queda trabajo por hacer", reconoció.  Y en verdad queda mucho por hacer no solo en la escena urbana, que no está bien, sino en cuestiones de seguridad. 

Años de desidia

La degradación de Pignatelli y El Gancho es culpa de corporaciones de izquierdas y de derechas, que durante años han preferido mirar para otro lado. No es un problema de calles sin pavimentar y edificios en ruina, aunque alguno todavía hay; el deterioro viene de pisos que se ocupan, dueños que lo ignoran, drogas e inseguridad. "Esta es la realidad del barrio; todavía no vemos ningún resultado", dice Carlos Blanco, de Calles Dignas. Javier Magén , de los vecinos afectados por el Gancho y Pignatelli, lo suscribe. Los dos explican que, al iniciar el actual mandato, avisaron al Ayuntamiento que "el principal problema es la ocupación". Como se comprobó cuando dos edificios se incendiaron. 

Pero, ¿hay solución para Pignatelli y el Gancho? Los vecinos creen que sí. "Hay que invertir en el barrio. Esto sería hacer ciudad", dice Carlos Blanco. Pero abogan por que el gasto se haga de golpe. La degradación, si no, se extiende de forma incontrolada por todas las partes.

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