El Inaga y Protección Civil analizarán el canal que protegerá Parque Venecia de tormentas que aneguen el Barranco de la Muerte

El Ayuntamiento plantará 2.000 árboles para reducir el impacto ambiental y prepara un  protocolo de emergencias que incluye el cierre del Z-30. 

Parque Venecia.
Parque Venecia.
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La solución para mitigar los daños de tormentas extraordinarias en Parque Venecia se está dilatado por la compleja tramitación administrativa que requiere la obra. Y eso que la solución, que pasa por la construcción de un canal perimetral de 330 metros, que discurrirá paralelo al muro que protege el colegio María Zambrano, cuenta con el visto bueno del Ayuntamiento de Zaragoza y la CHE, los dos organismos directamente implicados. El presupuesto de las obras se dispara a los 1,59 millones de euros, IVA incluido, y tienen un plazo de ejecución de 17 semanas. Desde el Consistorio confían en que empiecen en el último cuatrimestre del año, aunque "se buscará la mayor celeridad en la licitación y adjudicación para poder ejecutar el proyecto cuanto antes, dándole prioridad administrativa para intentar recortar aún más los plazos previstos ". 

La Confederación Hidrográfica del Ebro debe remitir el proyecto al Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental). El Ayuntamiento ya ha previsto minimizar el impacto ambiental con un proyecto de plantación de hasta casi 2.000 especies (pinos sobre todo) en la zona, que vendrían a reponer los 200 árboles o especies arbustivas que se tienen que talar para crear el canal. Ya se pidió un informe a la Unidad de Conservación de Medio Natural del Ayuntamiento, que propuso la reforestación de la zona con esos 2.000 árboles como compensación (se multiplican por 10 los talados). Esta solución ambiental y su informe se incluyen como anexo en el proyecto sometido a información pública.

Se informará, también, al departamento de Educación del Gobierno de Aragón, por la cercanía que las obras al colegio María Zambrano. En atención a la gravedad de la tormenta que descargó con fuerza el 6 de julio de 2023, se requiere coordinación de distintas administraciones para una correcta gestión de situaciones parecidas en el futuro. El Ayuntamiento pedirá un informe preceptivo a la dirección general de Protección Civil sobre aspectos relacionados con situaciones de grave riesgo colectivo. El informe será vinculante si hay un "reparo expreso" y se identifican graves problemas de índole geotécnica, morfológicas, hidrológicas o cualquier riesgo natural. Deberá ser emitido en el plazo de dos meses. Si no lo hace, se entenderá que está conforme. 

Mientras tanto, el Consistorio trabaja en el Servicio Municipal de Protección Civil (bajo la coordinación de Bomberos) en un Protocolo de Actuación que, una vez se finalice y se apruebe, se incluirá como anexo en el PEMUZ (Plan Emergencias Municipal de Zaragoza) que se aprobó en pleno en marzo de 2023. Básicamente se busca diseñar una estrategia para, en caso de una tormenta excepcional como la ocurrida, se tenga automatizada una serie de acciones encaminadas a la prevención y a la protección civil, en especial con la Z-30 y su posible corte al tráfico, si las condiciones meteorológicas así lo aconsejan.

El proyecto del futuro canal estará en información pública durante quince días y se espera que los informes del Inaga y Protección Civil se remitan en el plazo máximo de dos meses. Si se cumple, las obras se licitarían y adjudicarían con el objetivo de empezar en el cuarto trimestre del año.

Las alternativas

El informe que remitió el Ayuntamiento a la CHE el 19 de septiembre de 2023 planteaba diferentes alternativas para minimizar en el futuro el riesgo de inundación. La considerada 0, que instaba a trasladar los elementos vulnerables, se estimó que "no era el objeto del proyecto". La fase de ejecución 1 proponía instalar sensores de nivel y de lluvia, aumentar la capacidad del colector del Barranco de la Muerte, construir un muro de protección del María Zambrano y un canal perimetral de aguas arriba de muro y su prolongación. Esta sería la fase a la que se intenta dar respuesta en estos momentos. 

La fase de ejecución 2, la que buscará reducir el riesgo de inundación en el Z-30, contemplaba, según el informe, varios diques de laminación en el barranco del Camino de Arráez, aguas arriba del existente en el parque del barranco, aguas arriba del Z-40 y depósitos o tanques de tormenta en los campos de fútbol que hay junto al cementerio. Estas medidas se ejecutarían, en todo caso, a medio plazo. El canal perimetral protegería el barrio en tormentas incluso mayores a la que descargó el 6 de julio del año pasado.

Se planteaba, además, otras alternativas, que conllevaban una complejidad técnica y de afección a servicios de la ciudad consolidada que pueden cuestionar su viabilidad, requiriendo un plazo ejecución y un presupuesto. Figuran, entre ellos, el soterramiento del Barranco de la Muerte en la Z-30, el desvío del Barranco de la Muerte o del barranco del Camino de Arráez o la deforestación aguas arriba para incrementar la infiltración. 

El informe que emitió la CHE en octubre indicaba que, tras la tormenta histórica, era "previsible" que el barranco de la Muerte pasara a formar parte del inventario de cauces públicos. En ese caso, habría que determinar su traza actual, tras constatar el daño que el hombre ha hecho a sus características y que el cauce desaparecía en la llanura de inundación del Ebro, una vez había cruzado el Canal Imperial, y tras la infiltración de sus aguas en un terreno altamente permeable. 

Los efectos de la tormenta histórica obligan a efectuar una Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación y, según el resultado, la CHE señala se debería incorporar el tramo que corresponde al Barranco de la Muerte a las áreas de riesgo potencial de inundación. 

En el informe de la CHE, sobre la alternativa 0 se pedía que se analizara de forma "pormenorizada" el caso del colegio. En la tormenta del 6 de julio, la zona donde se ubica se constituyó en "una zona de desagüe preferente del Barranco de la Muerte, un hecho que se favoreció porque, además, el caudal circulante es obligado a girar 90 grados en su recorrido, justo a la altura del colegio". 

Con el canal y el muro, según el estudio, el colegio y la Policía Local quedarían libres de inundación para un caudal asociado a la la avenida de retorno de los 500 años. Debe diseñarse, señala, "asemejándose con a la morfología de un canal natural, evitando giros bruscos y exceso de energía hidráulica, especialmente en el punto de salida desde el barranco". Por eso el informe que ha emitido es favorable. 

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