Levantan una mota en Monzalbarba para proteger su nave del Ebro y se encerrarán en ella: "Se pasa miedo. El río es imprevisible"

Nacho Benito, su tío Mariano Bailera y uno de sus trabajadores tendrán lista la protección mañana y se quedarán dentro, como hicieron en 2015, 2018 y 2021. 

Monzalbarba se prepara para la crecida del Ebro.
Nacho Benito y Mariano Bailera, frente a la mota que están construyendo.
Francisco Jiménez

Cada vez que el río crece, Nacho Benito y su tío Mariano Bailera se ponen en alerta. Y no es para menos: si el agua entra en su nave, perderán miles de euros, y eso sería ya la puntilla para unos años complicados para los que viven del campo. Este miércoles por la mañana, han sacado de la nave de Monzalbarba casi toda la maquinaria y, con un tractor, han comenzado a levantar una mota de tierra para protegerla por si hay una avenida extraordinaria. Si el Ebro pasa a 1.600 metros cúbicos por segundo por el barrio rural, la situación estará controlada. Si llega a los 1.800, empezará a "saltar" el agua. 

Nacho, su tío y Fernando, uno de los trabajadores, se encerrarán en la nave con comida, colchones, un tractor y arena, por si tienen que reforzar la mota desde dentro. "Hemos empezado hoy pues la punta de crecida dicen que viene el viernes por la noche o el sábado por la mañana. Con 2.000 metros cúbicos por segundos, tendríamos el agua aquí. Acabamos de recibir un camión de nitrato y hay que salvarlo", explica.

Cuando va a haber crecida del Ebro, el alcalde de Monzalbarba, Joaquín Tiestos, en lugar de llamar a la CHE les consulta directamente a ellos. En un cuaderno han apuntado todos los datos de las últimas riada, la peor, la de 2015, y las de 2018 y 2021. Utilizan los datos de guía a la hora de levantar la mota que protege su nave. El agua llega por los dos costados, y cuando el cauce se desboca se quedan rodeados. "La nave está más honda y tendríamos dos metros de agua dentro. Una de las veces se quedó a un dedo de remontar la mota. Hay filtraciones de agua, pero la vamos retirando", explica Nacho Benito. 

"Se pasa miedo. El río es imprevisible y el agua nos llega desde los dos lados", reconoce este agricultor, que alerta de los cuantiosas pérdidas que afrontarían si se inundan la nave, y también si anega durante mucho tiempo los campos. "Sería el acabose. Fíjate qué fechas. En diciembre da un pelín de margen para resembrar el trigo el cereal. Pero si pasa ahora, ¿qué haces?", advierte. Porque en estos momentos, según explica, afectaría a las habas de consumo humano que tienen plantadas, que se pudrirían, al cereal, en función de si se inunda un par de días o una semana, y a la alfalfa, que estará lista en un mes. 

En la nave se encierran con comida e instalan colchones. Siempre se queda uno de guardia y, si tuvieran que escapar, disponen de una escalera para acceder a una salida donde pondrían caminar con medio metro de agua. 

"El río Ebro está ciego"

Nacho Benito y su tío Mariano Bailera tienen muy claro dónde está el problema. "El río está ciego. No limpian ni siquiera las islas. Hasta 2015, el agua nunca llegó hasta el lugar en el que construimos la nave. Solo la riada de 1961. Si como entonces bajaran 4.000 metros cúbicos por segundo, regaría todos los pueblos de la ribera", alertan. La mota, esperaban este miércoles, estará lista este jueves. Sabrán, entonces, a qué velocidad baja el Ebro por Castejón y podrán predecir un poco mejor cómo les afecta. Y se encerrarán en la nave para protegerla.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión