tribunales

Confiesa la agresión sexual a una menor durante una comunión en Zaragoza

El acusado pagó 6.000 euros antes del juicio para que se le aplicara una atenuante muy cualificada de reparación del daño.

La Audiencia Provincial ha absuelto a la farmacéutica acusada.
Audiencia Provincial de Zaragoza..
Raquel Labodía

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a un hombre de 60 años a la pena de cinco meses de prisión por la agresión sexual sufrida por una menor de 16 años. El tribunal aprecia la atenuante muy cualificada de reparación del daño, ya que Sebastián M. G. depositó antes del juicio 6.000 euros para indemnizar a la víctima. Ello, sumado al reconocimiento de los hechos por parte del encausado, facilitó un acuerdo entre la Fiscalía y la defensa. Como medidas accesorias, la sentencia prohíbe al hombre comunicarse o aproximarse durante dos años a la chica y le impone las costas procesales.

Los hechos se produjeron entre las 21.00 y las 22.30 del 21 de mayo de 2022 durante la celebración de una comunión en El Burgo de Ebro. Según el fallo de la Sección Primera, la denunciante conoció aquel día a un amigo y vecino de sus tíos, que resultó ser el acusado, Sebastián M. G. Tras conversar con la menor, el hombre la invitó a ver un caballo de su propiedad que tenía en una hípica cercana, permitiéndoselo sus padres y uniéndose a ellos la hermana pequeña de la chica, de 12 años de edad.

A la hípica se dirigieron en el vehículo conducido por el acusado, sentándose la víctima en el asiento del copiloto y su hermana pequeña en la parte trasera del turismo. Tras dicha visita y cuando los tres regresaban al lugar donde se celebraba la comunión, el acusado, frenando el coche constantemente y actuando con evidente ánimo libidinoso, procedió a tocarle reiteradamente a la niña en el muslo izquierdo. «Viéndose ésta obligada a colocar sus manos y su teléfono móvil en la parte más alta de sus piernas para impedir que el acusado siguiera tocándola, durante el trayecto», dice la sentencia. Cuando bajaron del coche, el hombre tocó y pellizcó en el glúteo derecho a la chica, que contó después todo lo sucedido a su madre.

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