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La N-125 en el barrio zaragozano de Miralbueno: Una carretera y nada más (aún)

Los vecinos y el Ayuntamiento aplauden la conversión en avenida de la N-125, una "cicatriz" en Miralbueno que ahora no tiene espacio para el tránsito peatonal ni ciclista

La carretera N-125 a la altura de Miralbueno, junto a la conexión con la N-132.
La carretera N-125 a la altura de Miralbueno, junto a la conexión con la N-132.
Francisco Jiménez

Una carretera y nada más. Un espacio reservado únicamente para el tráfico rodado, sin sitio para el tránsito peatonal y sin estar integrado con el entorno que le rodea. Pero que está esperando un cambio. El Gobierno de España reconvertirá un tramo de 1,1 kilómetros de la N-125 a la altura de Miralbueno en una avenida y cederá posteriormente el vial al Ayuntamiento una vez acabadas las obras. Los vecinos esperan que este lavado de cara, que costará 3,3 millones de euros, cambie su forma de relacionarse con esta zona del barrio, y además anime a la construcción de vivienda en los solares aledaños.

La transformación comenzará en la conexión de esta vía con la N-232. Es este punto uno de los que está más urbanizado, con parterres verdes y espacio de aparcamiento que utilizan principalmente las empresas ubicadas a ambos lados. Unos pasos más allá, una vez acaban estos edificios, el espacio para caminar se reduce al arcén o a un parquin en desuso en el que cuanto más se avanza más crecen las malas hierbas. Después, algunas casas con pequeños huertos, en mejor y peor estado, y una vez se atraviesa la ronda del Ibón del Plan y se deja atrás un pequeño tramo de acera que conduce hasta el centro deportivo municipal, empieza la carretera pura y dura.

En este punto, a ambos lados de la vía que conduce al aeropuerto se reparten numerosos solares vacíos y sendos estrechos caminos sin urbanizar, plagados de vegetación que crece a sus anchas. Después, antes de la rotonda que conecta con la Z-40, se atisban las viviendas unifamiliares ubicadas en las calles de las Palmeras y de Vistabella, esta última con salida hacia la N-125.

Cuando se hayan completado las obras, quienes viven en esta zona ya no saldrán directos a una carretera, sino que se encontrarán con una avenida con el tráfico reducido de 50 kilómetros por hora a 30, aceras, mobiliario urbano, arbolado y carril ciclista. Es uno de los ejemplos que ponen desde la asociación de vecinos de Miralbueno para calificar el proyecto de "buena noticia". "Es una cicatriz que tiene el distrito que no deja de ser un trozo de carretera y ahora pasará a ser una calle por donde se pueda pasear e ir en bici", señala el presidente de la entidad, Ricardo Berenguer. Añade que el vial "se completará con accesos como Dios manda" y permitirá que el barrio quede "perimetrado".

Un entorno seguro

Recuerda además que era necesario crear un entorno seguro para quienes acuden a la piscina municipal y añade que el cambio podría suponer un revulsivo para la construcción en la zona. "Comprarte un piso a las puertas de una carretera no atrae, pero si hay una calle los solares que son un problema pueden pasar a tener vivienda", recalca.

También desde el Ayuntamiento destacan en positivo el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Transportes, que acometerá las obras al completo antes de que pase a ser propiedad municipal. El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, menciona casos como las avenidas de Cataluña y de Navarra, que están todavía en plena fase de reforma porque la urbanización que se acometió en su día "no las integraba como verdaderas calles amables o adaptadas a la realidad de la ciudad".

Más allá de que no costará dinero al Consistorio, el edil aplaude sobre todo que la actuación "supondrá un beneficio notable para los vecinos", ya que pasarán de tener "una barrera física y hostil" cerca de sus casas y de los equipamientos públicos "a una calle integrada y pacificada".

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