Cerrar heridas es complicado. Y más cuando se impone una "segregación por imperativo legal" y se divide un pueblo en dos. "¿Mereció la pena para conseguir ampliar las piscinas, un campo de hierba artificial, un centro de día que se ha quedado pequeño y un centro cívico que ya existía?" Es la pregunta que se hace Azucena Pascual, concejala socialista en Villamayor de Gállego, que defiende que han decidido "mirar hacia adelante y pasar de pagina". Y es que tanto ella como su compañero de partido han recibido críticas en el pueblo por aceptar las dos concejalías que les ofreció el alcalde, José Luis Montero, de CHA, al considerar que "aunque no son fundamentales para el desarrollo de Villamayor les permite participar en su gobernanza trabajando". 

La edil socialista critica que en los 18 años que han transcurrido desde que Villamayor se independizó de Zaragoza "apenas se han construido viviendas". Denuncia que es de los pocos pueblos sin residencia de mayores, el suelo industrial sigue vacío a la espera de que les caiga de "papá Gobierno" inversores, solucionan sus problemas tributarios en Alfajarín o en La Puebla y dice que en el Ayuntamiento se escuchan las quejas de los vecinos por la "lentitud" de las gestiones de Urbanismo "un área saturada por la falta de un arquitecto a tiempo completo durante años". 

Azucena Pascual sostiene que vivir en Villamayor "fue siempre vivir en un pueblo, aunque administrativamente fuéramos un barrio rural". "Con las ventajas de ser un pueblo y con los servicios de una capital", remacha. Lo crucial, para ella, es que "nadie les preguntó ni antes ni después". La consulta popular que se aprobó en Consejo de Ministros, con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, se paralizó por orden de un juez. Con el PSOE, que era 'probarrio', en el gobierno con mayoría absoluta tras las elecciones de 2007,  el Ayuntamiento de Villamayor llevó al pleno su anexión a Zaragoza capital y en marzo de 2010, lo hizo el Consistorio zaragozano. Se recurrió el acuerdo, y se falló en contra de la agregación. 

"Se nos impuso a la mayoría lo que decidieron unos pocos de forma unilateral. Incluso nos impusieron apellido: de Gállego", critica Pascual, que sostiene que el clima de tensión "persiste" y "no ha desaparecido". "Perdimos mucho para ganar poco", sostiene.

La concejala del PSOE confía, pese a todo, que finalmente "el Ayuntamiento de Villamayor sea de toda la gente". Pide "paciencia y participación" porque están comenzando. Y se comprometen a "trabajar para todos".