18 años segregados de Zaragoza: Villamayor de Gállego, el pueblo que se independizó, se hace mayor en paz, pero aún con resquemor

El pueblo 731 de Aragón, que se segregó de la capital por sentencia judicial en 2005, mira hacia el futuro tratando de limar asperezas.

El municipio de Villamayor de Gállego.
El municipio de Villamayor de Gállego.
Guillermo Mestre

Es mejor ser cabeza de ratón o cola de león? José Luis Montero, alcalde de Villamayor de Gállego, el municipio 731 de Aragón, lo tiene claro: prefiere equivocarse en su pueblo a que decidan por ellos en la plaza del Pilar, como si fueran un barrio rural más. Bastante cara salió una independencia que rompió por la mitad el municipio más de 20 años, con una década de lucha en los tribunales y otra para asumir el resultado, con discrepancias internas, familias divididas, vecinos enfrentados... Villamayor alcanza la mayoría de edad, 18 años desde que por sentencia judicial quedó fuera de Zaragoza, y lo hace con bastante paz, pero también con cierto resquemor. Los que promovieron el cambio defienden que están mucho mejor; los que se sentían parte de Zaragoza callan. Todos abogan por mirar hacia adelante y limar asperezas, evitando significarse para no reabrir las heridas del pasado.

El mismo cierzo que azota la capital te estremece al pasear por Villamayor en las gélidas mañanas. Ni cuando era barrio rural de Zaragoza se perdió la sensación de vivir en un pueblo. Con la segregación buscaban ser municipio, que los vecinos se autogobernasen. ¿Por qué la capital no quería que se fueran? Montero (CHA) lo achaca a sus 89 kilómetros cuadrados cerca de la ciudad, en la ribera del Ebro y junto a la autovía A-2, "un sitio goloso". "Esto era la despensa y el armario de Zaragoza. ¿Había camiones con vertidos de la Tudor? Aquí lo traían", censura.

Se fue fraguando en parte de los vecinos el deseo de retomar la independencia que Villamayor perdió en 1910 al convertirse en barrio de la capital. Montero dice que decidieron unos pocos porque "había problemas con el ganado y de deudas". Les prometieron en 1911 que al pueblo llegaría el tranvía.

La consulta popular que no se realizó

En 1991, la cooperativa de Villamayor destinó 3.000 pesetas a estudios de viabilidad para promover la segregación de Zaragoza. En marzo de 1992 se solicitó al Ayuntamiento y en 1993 se registró la petición en el Gobierno de Aragón. Cuando en 1997 la DGA lo denegó, se inició la batalla judicial que ganaron los promotores de la segregación en junio de 2005, hace 18 años. Llegó a autorizar el Consejo de Ministros de José Luis Rodríguez Zapatero una consulta popular, que el juez paralizó. Y Villamayor se independizó.

Elías Jurado, del PSOE, partidario entonces de ser barrio rural defiende que "si se quiere tener proyección hay que trabajar juntos". Si hubieran seguido en Zaragoza, "la historia hubiera sido otra". Una de las cosas que más "ha dolido" en el pueblo, es que la decisión no fuera de los vecinos". Y recuerda la consulta que se aprobó en Consejo de Ministros y que un juez paralizó. Coincide con Montero en que una segregación "no se hace de la noche a la mañana" y "no es fácil". Y menos cuando se ejecuta por sentencia judicial. "La brecha fue grande, estábamos casi al 50% entre los partidarios y los que no", pero volver atrás sería "difícil" y quienes lo vivieron no tienen ganas de "volver a vivir un proceso parecido". No quieren en Villamayor un desarrollo como el de Cuarte o Utebo. Jurado piensa que "se llega tarde"; Montero, que hacen falta recursos para asumir un "crecimiento desorbitado".

El municipio de Villamayor de Gállego.
María Pilar Alba  y Carmelo Losta. en un horno centenario.
Guillermo Mestre

Al abrigo de una centenaria panadería, Carmelo Lostao y María Pilar Alba rechazan que Villamayor se transforme en ‘dormitorio’ de Zaragoza, pero piden más viviendas para que los "chavales" que se quieran quedar puedan hacerlo. Creen que como pueblo se vive mejor. "Si fuéramos barrio no tendríamos lo que tenemos ahora", aseguran. El regidor hace recuento: han ampliado las piscinas y el campo de fútbol, tienen centro de día, comida a domicilio para los mayores, un centro cívico...

El municipio de Villamayor de Gállego.
Conchi Araiz Roche mira una de las protestas en las que participó..
Guillermo Mestre

Conchi Araiz Roche, que regenta desde hace 34 años una peluquería en Villamayor, participó de forma activa en las protestas para pedir la segregación. "Iba con emoción y alegría porque era joven. Tenía 22 años", recuerda, mientras se reconoce en una de las fotos de las manifestaciones en la plaza del Pilar. La crispación en el pueblo fue a más cuando en los juzgados les daban la razón. "Había diferencia de opiniones. Me imagino que ahora se habrán dado cuenta de que hemos ido a mejor", señala. En su peluquería notó una "bajadica" de clientas, pero varias siguieron yendo. No cambia por nada Villamayor. "Es el mejor pueblo del mundo. Está muy cerca de Zaragoza, la gente es agradable, tenemos monte, huerta. Estas como si fuera una ciudad, pero al aire libre", proclama. 

El municipio de Villamayor de Gállego.
El pintor Pepe Cerdá, vecino de Villamayor.
Guillermo Mestre

Tan satisfecho como Conchi Araiz está el pintor Pepe Cerdá, vecino ilustre que cambió París por Villamayor y sitúa en el municipio el centro de su mundo. Como usuario, que no propietario, dice que "no tiene problemas con nadie", lo que le deja al margen de polémicas por la segregación. "Compartí los primeros años entre París y Villamayor, y ganó Villamayor", detalla. Allí tiene "calidad de vida, una casa grande, puedo pintar, voy al bar. Cuando vivía en París tardaba una hora de atascos en ir a cualquier lado. Aquí estoy a diez minutos de Zaragoza, con un autobús que me permite elegir entre la capital o Los Monegros", señala.

Montero entiende que haya "resquemor": "Aunque no se habla tanto del conflicto cada uno lo lleva por dentro". Aunque las tasas y ordenanzas dependen ya del Ayuntamiento, que tiene 4,2 millones de presupuesto, utilizan aún el Plan General de Ordenación Urbana que tenían como barrio de Zaragoza, si bien confían en hacer el suyo propio este año. Disponen, también, de 1.200.000 metros cuadrados de suelo urbanizable no programado y cuentan en su término municipal con 21 aerogeneradores que les reportan ingresos. Cerrar las cicatrices sociales llevará aún su tiempo. Se muestra convencido, pese a ello, de que "hay que remar por los vecinos". No teme que se invoque al fantasma de la reagregación. "Es cosa del pasado. CHA y PSOE gobernamos ahora juntos". Confía, por ello, en que el conflicto pasado sea ya historia de cara a dentro y a afuera. 

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