Nuevas labores de sondeo en el barranco de Cortasogas para hallar una fosa común

Los trabajos de excavación se centrarán en cinco puntos de este enclave de Calatayud marcados por el georradar hace un año.

Trabajos en el barranco de Cortasogas, en Calatayud
Trabajos en el barranco de Cortasogas, en Calatayud
JMACIPE

Las excavaciones para buscar al menos una fosa común de la Guerra Civil en las cercanías del barranco de Cortasogas, en Calatayud, se han retomado a primera hora de este lunes y se extenderán hasta el miércoles o el jueves, dependiendo de cómo evolucione su desarrollo. Se trata de la segunda intervención en la zona después de la que ya se acometió hace casi un año en este mismo entorno, unas fincas agrícolas colindantes a dicho cauce y muy cercanas al antiguo trazado de la carretera A-1503, vía paralela al eje del río Perejiles. Los propietarios particulares de los campos han dado los permisos, pero todavía quedan pendientes los de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Como primer paso, se ha abierto un primer sondeo, una zanja de 11 metros de largo, más de 1,70 de profundidad y unos dos metros de ancho. Se trata de uno de los puntos que la imagen elaborada por el georradar indicaba como posible. En total, en 2022, se descartaron cuatro puntos y en esta campaña, el equipo arqueológico, coordinado por Javier Ruiz, tiene previsto revisar otros cinco. Esta vez cuentan con una partida de 9.867 euros autorizada en octubre por la actual Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón.

"Se empieza bajando con una excavadora y el cazo de limpieza, viendo cada capa de tierra. Hasta el momento todo ha salido limpio y sin restos de ningún tipo. Es una labor que se tiene que hacer muy despacio, para que ver qué nos 'dice' la tierra. Pero hasta el momento no tenemos nada", explicaba Cristina Sánchez, historiadora y arqueóloga directora responsable junto a Ruiz de estos sondeos. A ella le acompañan sobre el terreno los también arqueólogos Ricardo Gayán y Ana Rubio. En caso de encontrar cualquier resto óseo, la máquina quedaría parada y la labor pasaría a ser manual.

Que el fin de los trabajos sea el miércoles o el jueves depende de que la CHE dé su visto bueno a que la excavación pueda acometerse en el cauce del barranco, de la que es titular. "En principio no había presupuesto. Finalmente llegó una partida hace escasamente un mes, por lo que los permisos no se pudieron solicitar con más antelación", indicaba Sánchez. Para llegar hasta este punto, la responsable de las labores recuerda que hay, primero, un trabajo de revisión bibliográfica y archivística y, después, entrevistas orales y contraste de esos testimonios.

"Al no quedar testigos directos, todo se complica. Pero es un trabajo de perseverar", asumía Sánchez. Estos trabajos, impulsados por las familias, la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico) y el PSOE de Calatayud, se centran en buscar al menos una fosa, que recogió el investigador Nacho Moreno. Según indica, en ese punto descansan los restos de al menos cuatro asesinados en 1936: el cura de San Cruz de Grío Serafín Gracia, el industrial Eugenio Castillo, el abogado Germán Baquedano y el médico Eradio López Táppero.

Presente durante los primeros movimientos de tierras estaba Berta Hernández, sobrina nieta de López Táppero. "Mi abuela, su hermana, siempre lo tuvo presente y siempre nos habló del fusilamiento. Todos los 11 de agosto era un día de duelo. Ella se fue sin poder darle el descanso que merecía, porque él no hizo nada malo. Le conocían como 'el médico de los pobres'", añadía Hernández visiblemente emocionada.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión