Educación intenta acabar ‘in extremis’ el Ana María Navales entre las dudas de las familias

La DGA valora espacios públicos en Zaragoza donde atender a los alrededor de 270 niños matriculados.

Las familias del Ana María Navales han protestado a las puertas del Departamento de Educación.
Las familias del Ana María Navales han protestado a las puertas del Departamento de Educación.
Toni Galán

El Departamento de Educación intenta acabar ‘in extremis’ las obras del colegio Ana María Navales, del zaragozano barrio de Arcosur, tras reconocer que no se podía garantizar que llegara a tiempo para el 7 de septiembre. Este viernes ya no se han podido incorporar los docentes, como sí que hicieron en el resto de centros educativos de la Comunidad, a las aulas para preparar el inicio de las clases. Y, en el caso de que no se llegara finalmente, el Gobierno de Aragón valora diferentes espacios públicos donde poder atender durante los días que se retrase la obra a los alrededor de 270 matriculados. Así lo ha avanzado la consejera del ramo, Claudia Pérez Forniés, a los representantes de la ampa y el equipo directivo en la reunión de este viernes.

Será el lunes 4 de septiembre, fecha en la que está previsto comenzar a amueblar el centro educativo, cuando se corrobore si finalmente se cumplen los plazos inicialmente previstos por el anterior Ejecutivo autonómico. Para ello, han apuntado fuentes de la actual consejería de Educación, se han ampliado horarios y efectivos. De hecho, este fin de semana habrá un centenar de trabajadores en la obra. Todo ello entre las dudas y la incertidumbre de las familias, que sufren un revés más en su sueño de tener unas instalaciones dignas para sus hijos. Los menores comenzaron su andadura académica en aulas prestadas dentro del colegio Arcosur, el primero construido en el barrio, para que en marzo de 2022 estrenaran, con siete meses de retraso, su colegio conformado solo por barracones. De hecho, uno de los problemas radicaba en que estas aulas prefabricadas ya se habían trasladado –algunas al colegio Arcosur para dar cabida a su alumnado hasta que se construya el aulario pendiente de secundaria– y, por lo tanto, no podían utilizarse de manera temporal mientras terminaba la obra. 

Por ello, si el lunes se confirma que finalmente no hay opciones de empezar el curso con seguridad y garantías, Educación pretende poner a disposición de las familias espacios públicos alternativos. Y, aunque no se ha avanzado cuáles serían, se estarían valorando lugares como centros cívicos o bibliotecas. De hecho, los docentes que debían incorporarse este viernes al colegio han tenido que hacerlo en el centro cívico Distrito Sur, en Rosales del Canal, donde el equipo directivo ya llevaba desarrollando sus funciones desde el pasado 29 de agosto.

Fuentes de la consejería sí que han detallado que se dispondría de miembros del equipo docente y, si fuera necesario, se facilitaría el transporte. Su disponibilidad, han subrayado las familias, sería de 9.00 a 13.00 y recalcaron que el Ejecutivo estaría incluso trabajando en un "plan C" por si "el retraso de las obras se alargara más", del que no les han adelantado nada.

"Extremadamente difícil"

Esta reunión se ha producido después de que el presidente aragonés, Jorge Azcón, asegurara que finalizar las obras a tiempo era "extremadamente difícil". "Puede ser que el día 7 no esté", ha lamentado. En vista del estado del edificio, Ha dado la razón a las familias del colegio, que se han concentrado frente a las puertas del Departamento de Educación de forma improvisada para exigir explicaciones. "Yo creo que el 7 puede estar, pero no para que entren los niños a dar clase", ha explicado María Pilar Fidalgo, secretaria de la ampa. La seguridad de los pequeños, con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años, era la mayor preocupación de las familias. "Se ve que el colegio no está preparado y que hay un peligro para todos nuestros hijos", ha lamentado Sara, una de las madres afectadas.

Han aclarado, no obstante, que no se consideraban personas aptas para juzgar el desarrollo de las obras, por lo que tenían "un ápice de esperanza". "No queremos que entren a medias", ha comentado Nuria Lagar, vicepresidenta de la ampa. Esta misma visión mantenía el vocal de la ampa, Daniel Anadón, tras la reunión mantenida con Pérez Forniés: "Yo como padre solo quiero que mi hija entre en un colegio seguro, que no por querer correr luego nos tengamos que lamentar".

Las familias no han dudado en acudir este viernes por la tarde a las obras, ahí han lamentado que una vez más el ansiado colegio se haga de rogar, pero han mostrado su gratitud a los operarios, a los que han animado y han aplaudido por el trabajo llevado a cabo y que se mantendrá durante el fin de semana.

Asignaturas pendientes

El colegio cuenta con alumnos en los tres cursos de infantil y 1º de primaria, con tres vías en cada uno de ellos, lo que hacen un total de 12 clases y cada una de ellas acoge a entre 22 y 25 alumnos. La obra actual contempla la puesta en marcha de nueve unidades de infantil y otras tantas de primaria, no obstante, la intención de la DGA era llevar a cabo una ocupación parcial, para que se pudiera hacer uso del aulario de infantil y del comedor. El resto se terminaría a lo largo del curso. Quedarán pendientes las obras correspondientes a los otros tres cursos de primaria y el edificio de secundaria.

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