zaragoza
El pabellón Príncipe Felipe concluirá la ampliación de los aseos femeninos en septiembre
El Ayuntamiento de Zaragoza, con una inversión de 420.000 euros, actualiza estas instalaciones para adaptarlas a la creciente asistencia de mujeres.
Han pasado ya más de tres décadas desde la construcción del Pabellón Príncipe Felipe, y el Ayuntamiento de Zaragoza continúa con las mejoras de una de las instalaciones de referencia en la ciudad y también en Europa, desde que se levantó en 1990. Así pues, este gran equipamiento deportivo verá cómo, durante los primeros días de septiembre, concluirán las obras de adaptación de los aseos femeninos, que afrontan una importante ampliación.
Esta mejora corre a cargo de Servicios de Ingeniería y Construcción
GlobalSIC 2019 S.L., que obtuvo su adjudicación por un importe total de 420.567 euros, con un plazo de ejecución de dos meses. En concreto, detallan fuentes municipales, se redistribuyen los espacios para equiparar los masculinos y femeninos. "Existen cuatro zonas destinadas al público, cercanas a cada una de las puertas de acceso a la instalación. Actualmente, la superficie para los primeros es de casi 70 metros cuadrados en cada uno de los cuatro servicios, mientras que en el caso de las mujeres, apenas llega a los 32 metros cuadrados. Esta equiparación iguala prácticamente la superficie de ambos sexos, en torno a 50 metros cuadrados, y casi duplica los inodoros femeninos para el público en general", explica el Ayuntamiento en una nota.
En total, la reforma que hay en marcha incrementa de 40 a 72, pasando de 10 a 18 inodoros en cada uno de los baños.
El Ayuntamiento de Zaragoza da así respuesta a una reivindicación ya "histórica", en palabras del consistorio, puesto que se ha comprobado que durante las competiciones deportivas y los eventos musicales y de ocio se formaban largas filas por la escasez de servicios que, hasta ahora, estaban a disposición de las asistentes. De hecho, se trata de una situación que proviene del momento en el que se planificó esta infraestructura. Entonces, a finales de los 80, la afluencia era masculina de forma mayoritaria.
