Presidenta de la asociación de detallistas

Esther López: "El gran problema de nuestro oficio es que no hay relevo generacional"

La presidenta de los detallistas cree que debería impulsarse una Formación Profesional y augura un gran futuro a la lonja, con clientes de cualquier edad.

Esther López, la presidenta de la Asociación de Detallistas, en el Mercado Central de Zaragoza.
Esther López, la presidenta de la Asociación de Detallistas, en el Mercado Central de Zaragoza.
Francisco Jiménez

¿Qué supone para los detallistas cumplir el 120 aniversario en un Mercado Central renovado?

Es una gozada. Era un sueño que teníamos, porque ya estaba bastante deteriorado, y lo estamos disfrutando.

El Mercado Central no es cualquier cosa. ¿Qué significa trabajar en un lugar tan emblemático?

Es un mercado de cuidad, un punto de encuentro. Aquí coinciden tres y cuatro generaciones delante del mostrador y la gente sigue esperando a que abramos la puerta para entrar. Para nosotros es una maravilla ver que siguen respondiendo. Sería poco todo el agradecimiento del mundo. Y lo hacemos con mucha ilusión, procuramos esmerarnos todos los días para dar el mejor servicio y la mejor calidad.

¿Qué tipo de clientela tiene la lonja?

Desde el mercado provisional se ha rejuvenecido muchísimo el público, que es algo a lo que nosotros aspirábamos. Ves que viene la clienta de toda la vida de hace treinta años con el hijo, con el nieto, con el bisnieto... y para nosotros eso es una gran alegría, porque creas un vínculo con el cliente.

¿Se apuesta más ahora por el producto de proximidad en lugar de las grandes superficies?

Sí. Indudablemente ha cambiado mucho el hábito de consumo, la gente cuida más la salud y el medioambiente. Nosotros trabajamos con producto de cercanía y eso, si además sabes tratarlo siendo profesional, la gente lo agradece una barbaridad y lo requiere.

¿Cómo han evolucionado las ventas desde la reforma?

Realmente no tenemos datos. Cuando inauguramos yo siempre digo que tocamos el cielo, porque aquí entraron 30.000 personas ese fin de semana, era una barbaridad de gente, de alegría, de trabajar a destajo, y al mes nos pilló la pandemia y nos dejó muertos.

¿Cómo lo afrontaron?

Espabilamos, y tuvimos mucha ayuda por parte del Ayuntamiento. Nos adelantaron la venta ‘online’, que fue una tabla de naufragio que aprovechamos muy bien, y el Volveremos, que para el pequeño comercio ha sido grandioso. Son tres años un poco inconstantes, pero estamos muy contentos con la evolución que están teniendo las ventas.

¿Prevén seguir creciendo?

Sí. La previsión es hacer que el mercado sea referente a todos los niveles, a nivel nacional, hacer las cosas bien y trabajar para ello.

¿Y en cuánto al turismo?

Nosotros tenemos mucho turismo. Antiguamente ya venía mucho, pero nuestro gran placer ahora es que la gran mayoría es turismo nacional, que sí que deja en la ciudad, compra. Es otro tipo de turismo, no solo el de la foto.

¿Habrá relevo generacional?

Ese es un gran problema de nuestro oficio, que no lo hay. Se entiende que una carrera la puedes hacer en cuatro o cinco años, pero no que un oficio de estos no lo puedes aprender en dos días. Es un verdadero problema la falta de personal, encontrar trabajadores especializados es una odisea.

¿Qué habría que hacer para cambiar esta situación?

Creo que habría que empezar de base con una Formación Profesional. En mi caso, que soy carnicera, desde saber deshuesar, embutir, partir… Es un oficio muy sacrificado, tiene que ser vocacional o te tiene que gustar mucho, porque no es algo que se venda bien.

Pese a ello, ¿cómo augura el futuro del Mercado Central?

Lo auguro muy bueno. Espero que sea muy grande, seguir creciendo, evolucionando, haciendo las cosas bien y trayendo al público.

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